Interior no logra que Marruecos admita a un millar de subsaharianos

Rabat también paraliza la reagrupación de 1.500 menores documentados por España

De los 2.740 inmigrantes detenidos en pateras en Canarias y Andalucía en lo que va de año, la mitad eran subsaharianos. Marruecos no ha readmitido ni a uno solo, a pesar de que se comprometió verbalmente a hacerlo hace casi dos meses, según el Ministerio del Interior. Rabat también mantiene paralizados 1.500 expedientes de reagrupación de menores marroquíes no acompañados que han sido documentados por las autoridades españolas.

Una delegación presidida por Mohamed Dryef, número tres del Ministerio del Interior de Marruecos, se reunió el 17 de febrero en Madrid con altos cargos de...

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De los 2.740 inmigrantes detenidos en pateras en Canarias y Andalucía en lo que va de año, la mitad eran subsaharianos. Marruecos no ha readmitido ni a uno solo, a pesar de que se comprometió verbalmente a hacerlo hace casi dos meses, según el Ministerio del Interior. Rabat también mantiene paralizados 1.500 expedientes de reagrupación de menores marroquíes no acompañados que han sido documentados por las autoridades españolas.

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Una delegación presidida por Mohamed Dryef, número tres del Ministerio del Interior de Marruecos, se reunió el 17 de febrero en Madrid con altos cargos del Ministerio del Interior para reactivar el acuerdo de repatriación firmado en 1992 entre ambos Estados. El documento compromete a Marruecos a readmitir a los ciudadanos de terceros países que entren ilegalmente en España desde su territorio.

Los marroquíes reconocieron entonces su incumplimiento y, dos semanas más tarde, acordaron ponerlo en práctica "de manera inmediata", según anunció Interior. Sin embargo, hasta el momento no han aceptado la devolución de uno solo de los más de mil subsaharianos que han sido interceptados este año en las playas españolas, a pesar de que su procedencia de Marruecos parece clara: de los 74 patrones de pateras detenidos en los últimos tres meses, 72 son marroquíes.

Además, durante una reunión celebrada en Málaga el 3 de marzo, el Gobierno español entregó a Marruecos 1.500 expedientes de menores marroquíes no acompañados que residen en España de manera irregular. Respondía así a la petición del embajador de Mohamed VI en Madrid, Abdesalam Baraka, quien nada más reintegrarse a su puesto tras la larga crisis diplomática entre los dos países reivindicó la devolución de esos muchachos porque, según dijo, "no tienen capacidad para decidir emigrar". Ha pasado más de un mes y Rabat mantiene los expedientes paralizados.

Fuentes del Gobierno han mostrado malestar por la actitud de las autoridades marroquíes. Éstas alegan como disculpa el relevo del jefe de su delegación, Mohamed Dryef, en el Ministerio del Interior. Dryef ha sido nombrado wali, o gobernador, de Casablanca. El delegado español para la Extranjería, Ignacio González, tiene previsto reunirse el viernes con su sustituto, ex director de la agencia oficial MAP y miembro del "círculo íntimo" de Mohamed VI, quien al parecer intenta retrasar el encuentro por "problemas de agenda".

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El número de pateras interceptadas en las costas españolas durante el pasado enero casi duplicó a las detectadas el año anterior: de 647 en 2002 se pasó a 1.022 en 2003. Ese incremento se ha ido moderando en los meses siguientes, aunque las cifras absolutas son aún ligeramente superiores a las del mismo periodo de 2002.

La caída del número de llegadas es más significativa en el Estrecho, donde la Gendarmería Real ha realizado varias redadas contra inmigrantes subsaharianos, que en Canarias, y coincide con el incremento de la tensión internacional y con la protección que presta la OTAN a los buques de guerra estadounidenses que atraviesan el Estrecho, rumbo al Golfo.

La crisis mundial ha tenido otro efecto: retrasar indefinidamente la puesta en marcha de la operación Ulises en Canarias. Ésta consiste en el despliegue de barcos de varios países europeos para controlar la inmigración ilegal por mar. Su estreno, hace dos meses en el Estrecho, fue un fracaso estrepitoso, pues la flota desplegada no localizó una sola patera. Ahora, los países implicados en su organización han alegado que necesitan todas sus unidades navales debido a la guerra de Irak.

Fuentes del Ministerio del Interior calculan que casi la mitad de los inmigrantes interceptados en pateras son marroquíes. El otro 50% son subsaharianos.

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