Tres millones de españoles viven solos, el triple que hace 20 años

Uno de cada cinco hogares tiene un morador y los de seis o más personas bajan al 4%

Tres millones de españoles viven solos, algo cada vez más frecuente. Los hogares con un habitante se han triplicado en las dos últimas décadas. Ya suponen uno de cada cinco, según el censo de 2001. También se ha reducido mucho el número de personas por domicilio. Ahora sólo cuatro de cada cien tienen cinco o más miembros. Según los expertos, este cambio en la manera de vivir se debe a la fuerte caída de la natalidad, al alza de los divorcios y a la mayor autonomía económica de las personas mayores. Éstas ocupan casi la mitad de los hogares con un único habitante.

Solos en casa. Los hoga...

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Tres millones de españoles viven solos, algo cada vez más frecuente. Los hogares con un habitante se han triplicado en las dos últimas décadas. Ya suponen uno de cada cinco, según el censo de 2001. También se ha reducido mucho el número de personas por domicilio. Ahora sólo cuatro de cada cien tienen cinco o más miembros. Según los expertos, este cambio en la manera de vivir se debe a la fuerte caída de la natalidad, al alza de los divorcios y a la mayor autonomía económica de las personas mayores. Éstas ocupan casi la mitad de los hogares con un único habitante.

Solos en casa. Los hogares con un único habitante (unipersonales) están en auge en España. Sin embargo, permanecen por debajo del nivel de otros países de la Unión Europea, debido sobre todo al retraso en la emancipación de los jóvenes, según los expertos consultados. En la actualidad, tres millones de ciudadanos viven solos. Hace 20 años sólo lo hacían un millón de personas, según se desprende de los censos de 2001 y 1981. La comparación de ambos ilustra el cambio en la estructura de los hogares españoles, marcado por la disminución del número de miembros y el auge de la familia nuclear.

- Soledad y progreso. Entre 1981 y 2001 ha aumentado el número de hogares (un 36,8% más) y los unipersonales han ganado peso. Han pasado de representar del 9,9% al 20,7% del total . "La mayor subida se ha registrado desde 1991", detalla el demógrafo Juan Antonio Fernández Cordón, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). "Los hogares unipersonales indican el grado de individualización de una sociedad, es decir, el nivel de independencia económica y emocional de las personas. En ese sentido, son un indicador de progreso", explica Lluís Flaquer, profesor de Sociología de la Universidad Autónoma de Barcelona y experto en políticas familiares. "Las naciones más avanzadas son las que tienen una proporción mayor de ciudadanos que que viven solos", puntualiza.

- Mayores solos. Las personas mayores de 65 años, sobre todo las viudas, son las grandes protagonistas de los hogares unipersonales: dos de cada 10 viven solas en 1.368.297 domicilios, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). "Se ha producido un gran cambio en la situación de los mayores. Antes muchos tenían que vivir con sus hijos porque carecían de ingresos. Ahora, el cobro de una pensión les permite tener autonomía económica y permanecer en la casa, que suele ser de su propiedad", explica Fernández Cordón. "Sólo se van con los hijos cuando no les queda más remedio, cuando ya no pueden valerse por sí mismos".

- Un divorcio, dos casas. "El aumento de las rupturas de pareja también tiene mucho peso en el incremento de los hogares unipersonales", afirma Lluís Flaquer. "Cada vez que se produce un divorcio o una separación, un hogar se escinde en dos y disminuye el número de personas en cada uno de ellos", explica. Las sentencias judiciales por rupturas de la convivencia ya superan las 100.000 anuales y, según el último censo, hay en España 1.150.309 personas separadas o divorciadas. La mayoría (673.998) son mujeres, ya que los hombres tienden en mayor medida a contraer segundas nupcias. "Cuanto mayor es el número de mujeres que trabajan y gozan de autonomía económica, más aumentan las rupturas", puntualiza Flaquer. Según este experto, a medida que aumenten la actividad y la ocupación femeninas, crecerá el número de las rupturas familiares y, por ello, de los hogares con un único morador.

- Jóvenes con los padres. Los hogares unipersonales de jóvenes tienen un peso menor que en otros países. Según el INE, el 73% de las personas de 25 años y el 35% de las que han cumplido 30 permanecen solteras y viven con alguien de la generación anterior. "La emancipación de los jóvenes es lentísima, sobre todo por las dificultades para encontrar empleo, o para disfrutar de uno que no sea precario, y por la carestía de la vivienda", explica Flaquer. "Todo ello retrasa el momento de tener hijos", añade. De hecho, las españolas a partir de 30 años son las responsables de seis de cada diez nacimientos, y más de la mitad de los bebés son primogénitos. "Tener los hijos tarde contribuye a que descienda la fecundidad, lo que a su vez incide en la reducción del tamaño de los hogares", añade la demógrafa del CSIC Margarita Delgado.

- Menos personas por hogar. Hace 20 años, en los hogares españoles vivía una media de cuatro miembros. Ahora tienen en torno a 2,8, según el INE. El modelo más abundante es el formado por dos personas (25%), seguido por los de tres (21%) y los de cuatro (21,4%). Sin embargo, dos décadas atrás los hogares de cuatro miembros eran los más frecuentes. La reducción del tamaño también se deja sentir en los más poblados: ahora sólo cuatro de cada cien hogares tienen seis o más miembros. En 1981 suponían el 13%.

- Diferencias regionales. La estructura de los hogares varía según las comunidades autónomas. Murcia tiene la menor proporción de unipersonales (16,6%). El porcentaje de estos hogares es superior a la media en Aragón (22,8%), Asturias (21,9%), Baleares (24,9%), Canarias (22,3%), Castilla y León (23,4%), Castilla-La Mancha (20,8%), Cataluña (21,4%), Comunidad Valenciana (21,3%) y Extremadura (21,2%). Entre las zonas con mayor peso de los domicilios más poblados figuran Andalucía (el 5% tiene seis o más miembros), Canarias (7%), Murcia (6,4%), Galicia (6,3%), y Ceuta y Melilla (15,6%).

- 'Nueva' familia tradicional. "Se han mantenido pautas familiares bastante tradicionales por la escasez de políticas familiares. Sin embargo, el dinamismo del mercado de trabajo provoca un cambio subterráneo que pondrá en cuestión el sistema actual", apunta Flaquer. "La familia nuclear, compuesta sólo por padres e hijos, se ha reforzado en los últimos años", añade Fernández Cordón, "sin embargo, funcionan las redes de solidaridad de la familia extensa, sobre todo para el cuidado de niños y mayores, que suplen la falta de servicios públicos".

- Política social y empleo. "Si mejora la situación de los jóvenes, aumentarán los hogares unipersonales", pronostica Fernández Cordón. "Las políticas sociales y familiares y el mercado de trabajo modelan el tipo de hogar", recuerda Flaqué.

Diferencias europeas

Pese a que el porcentaje de hogares unipersonales se ha duplicado en 20 años (en 1981 lo eran el 9,9% y en 2001, el 20,7%), España continúa por debajo de la media europea, señala el profesor de Sociología Lluís Flaquerer. "A mediados de los años noventa, el 28% de los hogares de la Unión Europea eran unipersonales. La situación de España es anómala" , afirma.

Según las estadísticas que maneja Flaquer, en 1997 el 11% de los ciudadanos de la UE vivían solos. A tenor de los datos del censo de 2001, en España lo hace el 7,2% de la población (2.954.027 de los 40,8 millones de personas registradas). A juicio de los demógrafos, el mayor peso de los hogares unipersonales se corresponde con un mayor nivel de desarrollo económico y de autonomía personal.

Los datos de la oficina estadística de la UE, Eurostat, revelan fuertes diferencias en la estructura de hogares entre el norte y el sur de Europa. Los países meridionales, donde pesan más los lazos familiares, presentan el menor porcentaje de hogares unipersonales (Italia registra la mayor proporción, el 25,3%). En cambio, abundan en Alemania (35,7%), Holanda (32%) o Francia (31,4%).

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