GUERRA EN IRAK | Las relaciones con Marruecos

Rabat cree que Aznar busca el apoyo de EE UU frente a sus reclamaciones

Los partidos marroquíes alaban a Chirac por intentar evitar la guerra

"Tengo la sensación de que España se ha buscado, frente a Marruecos, al primo de Zumosol". La frase, pronunciada en privado por un político rifeño que sigue de cerca la televisión española, ilustra el convencimiento de buena parte de la opinión pública marroquí de que el alineamiento en la guerra de Irak del Gobierno de José María Aznar con EE UU obedece a un intento de garantizarse el apoyo norteamericano en caso de nuevo conflicto con su vecino del sur a propósito del islote de Perejil o de Ceuta y Melilla.

"Salta a la luz que el empeño estratégico de España de debilitar a Marruecos, ...

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"Tengo la sensación de que España se ha buscado, frente a Marruecos, al primo de Zumosol". La frase, pronunciada en privado por un político rifeño que sigue de cerca la televisión española, ilustra el convencimiento de buena parte de la opinión pública marroquí de que el alineamiento en la guerra de Irak del Gobierno de José María Aznar con EE UU obedece a un intento de garantizarse el apoyo norteamericano en caso de nuevo conflicto con su vecino del sur a propósito del islote de Perejil o de Ceuta y Melilla.

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"Salta a la luz que el empeño estratégico de España de debilitar a Marruecos, política y militarmente, es una de las verdaderas razones por las que el Gobierno de derechas de Aznar se ha involucrado incondicionalmente en el plan de guerra de EE UU contra Irak", escribía el diario Al Alam, órgano del partido nacionalista Istiqlal, resumiendo una opinión generalizada.

El respaldo español a la "agresión" a Irak suscitó una protesta de todos los partidos del arco parlamentario, que entregaron, en el Consulado de España en Tetúan, una carta dirigida a Aznar.

La actitud española ha provocado también reacciones hostiles en la prensa. Jamal Berraui, uno de los comentaristas más conocidos, insta a los marroquíes a tomar medidas para "protegerse" ante una "España beligerante", mientras el diario Al Bayane, órgano de los ex comunistas, vaticina que los enfoques divergentes de Madrid y Rabat sobre el conflicto acabarán por repercutir sobre la reconciliación en marcha desde el 30 de enero.

Jorge Moragas, el encargado de las relaciones internacionales del Partido Popular, se esforzó, el pasado fin de semana, por desmentir este pronóstico cuando asistía en Rabat al congreso del Istiqlal. "Si bien los Gobiernos tienen posiciones distintas, no creo que esto tenga que afectar negativamente" a la normalización de relaciones, declaró. El secretario general del partido, Abas el Fassi, cortó de lleno una pitada de los congresistas a Moragas.

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Los recelos hacia la España proamericana contrastan en Marruecos con el auge de las simpatías que suscita Francia. Merci Chirac. Nous nous souviendrons (Gracias Chirac. No lo olvidaremos) titulaba, en primera página y en francés, el semanario en árabe Al Asr, órgano de los islamistas del Partido de la Justicia y del Desarrollo. Agradecía así las gestiones de Chirac para evitar la guerra.

Cuando, en julio, el contencioso de Perejil estaba al rojo vivo -tras la aparición en el islote de unos uniformados marroquíes-, Rabat sólo se sintió apoyado por Chirac. Aznar, en cambio, quedó escaldado por un presidente francés que impidió a la UE ser más solidaria con España.

Fue entonces el secretario de Estado de EE UU, Colin Powell, quien llevó a cabo una labor mediadora hasta lograr la vuelta al statu quo, tal y como lo deseaba España, de un islote pegado a la costa marroquí. "(...) Powell intervino en provecho absoluto y total de los españoles", escribió, en julio, Le Journal.

La ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, con el rey Mohamed VI, el pasado enero en Agadir.EPA

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