Los grupos hoteleros de Baleares dan casi por perdida la Semana Santa

La guerra en Irak paraliza el turismo alemán y británico en España, según Zontur

Los hoteleros españoles cruzan los dedos para que el turismo español les ayude a salvar los muebles en Semana Santa. Las reservas de los visitantes procedentes del Reino Unido y Alemania, los principales mercados emisores, están "totalmente paralizadas" a resultas de la guerra en Irak y la incertidumbre económica. Y algunos establecimientos incluso permanecerán cerrados. Es el panorama que dibujó ayer en Gijón el presidente de la Agrupación Hotelera de Zonas Turísticas de España (Zontur), José Guillermo Díaz Montañés. Según los hoteleros mallorquines, las reservas de alemanes han caído un 40%....

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Los hoteleros españoles cruzan los dedos para que el turismo español les ayude a salvar los muebles en Semana Santa. Las reservas de los visitantes procedentes del Reino Unido y Alemania, los principales mercados emisores, están "totalmente paralizadas" a resultas de la guerra en Irak y la incertidumbre económica. Y algunos establecimientos incluso permanecerán cerrados. Es el panorama que dibujó ayer en Gijón el presidente de la Agrupación Hotelera de Zonas Turísticas de España (Zontur), José Guillermo Díaz Montañés. Según los hoteleros mallorquines, las reservas de alemanes han caído un 40%.

La guerra traerá cola en materia de turismo y España no quedará al margen de la reducción de la demanda prevista (en torno al 3%). El conflicto en Irak, mezclado con el miedo a volar y la crisis en Alemania, ya ha empezado a golpear al turismo español. Sobre todo en Baleares. "Justo antes de la guerra, la Semana Santa ya se daba por perdida y las reservas de los alemanes registran caídas de hasta el 40%. El inglés baja un 6%", dice la Federación de Hostelería Mallorca. Según un estudio de Esade con datos del World Travel & Tourism Council (WTTC), los principales mercados emisores de turismo a España (Reino Unido, Alemania, Francia e Italia) descenderán en torno a un 8%.

Fuentes del sector admiten que contemplan no abrir decenas de establecimientos, sobre todo medianos y pequeños, con la idea de retrasar su apertura hasta mayo. La cadena Sol Melià reconoce que no abrirá hoteles que otros años ya estaban funcionando en estas fechas, pero pide "cautela" con los diagnósticos del mercado.

Mientras, la cadena Riu, que no prevé cierres de establecimientos, apunta que en los días de Semana Santa propiamente dichos los niveles de ocupación no serán malos en Baleares (85%), pero añade una estimación "insólita": la caída en picado, hasta un 55%, en los días inmediatamente posteriores. Esta cadena subraya que, más allá de la ocupación, el sector se verá perjudicado por los menores ingresos derivados de la carrera por ofrecer precios más competitivos en momentos difíciles.

Turismo interior

Otras fuentes del mercado turístico coinciden en señalar que no pueden descartarse contrataciones de última hora, e incluso, más de cara al verano, que se produzcan situaciones de sobrecontratación debido a los nervios de los hoteleros por vender plazas ante el temor de cancelaciones en el último momento. Celestí Alomar, consejero de Turismo de Baleares, apuntaba ayer que la situación es "imprevisible" por el parón del mercado alemán, cuya recuperación se espera para después de la guerra, y por la "indecisión" del turismo británico. "La caída global en Semana Santa será del 4% en ocupación", añadió. Mientras, la débil demanda ha llevado a Turespaña a congelar las campañas internacionales especiales que había lanzado.

La esperanza para salvar la Semana Santa reside en el comportamiento del turismo español. Pero incluso en zonas turísticas como la Costa Brava, donde alemanes y británicos suelen prodigarse en verano pero no en Semana Santa, el descenso de las reservas ronda el 20%, según la Federación Provincial de Hostelería de Girona.

En este sentido, el presidente de la patronal de las compañías aéreas españolas, Felipe Navío, desdramatiza la situación: las previsiones de vuelos interiores se mantienen sin anulaciones y, a su juicio, España puede convertirse en destino alternativo a los flujos que viajan a Turquía, Egipto, Marruecos o Túnez. Los españoles, por ejemplo, no quieren viajar a estos países. La asociación catalana de agencias de viajes independientes AVASA indica que las reservas a Oriente Medio han caído más de un 80%.

En paralelo, los principales touroperadores europeos intentan negociar retrasos en las fechas de salidas, explica la gerente del Patronato de Turismo de Gran Canaria, Cristina del Río. Sólo en la primera semana de guerra, los touroperadores han recibido "más de 400" solicitudes para aplazar paquetes comprados al Mediterráneo o destinos de Oriente Próximo y Medio, informa Juan Manuel Pardellas desde Santa Cruz de Tenerife. Las Canarias son, en Semana Santa, un destino refugio, con un nivel de ocupación del 80%. Pero Del Río teme "un horizonte más sombrío" para el verano.

También Andalucía, sin excesiva dependencia de los mercados internacionales, se ve favorecida por la caída de mercados emergentes del Mediterráneo. En el sector turístico andaluz no ha cundido el pesimismo, aunque sí la prudencia, informa Diego Narváez desde Málaga. El balance de los dos primeros meses del año es bueno: las pernoctaciones han subido un 4% y la cifra de clientes alojados, un 3,4%. La caída de reservas en Sevilla (10%) se contempla "recuperable" por la patronal. Cádiz y Almería esperan que las pernoctaciones se disparen más del 26% en abril.

Varias turistas toman el sol en la playa del Arenal, en Palma de Mallorca.TOLO RAMÓN

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