Parmalat 'pasa' de Clesa

El anterior propietario de la compañía, Arturo Gil, sigue actuando con plenos poderes

Los expertos consideraban que la entrada de Parmalat en Clesa sería el inicio de un plan de expansión del grupo lácteo italiano en el mercado español. Pero no ha sido así. Después de controlar el 100% de la sociedad, Arturo Gil, anterior propietario de la compañía y vicepresidente de la patronal CEOE, sigue actuando con plenos poderes y definiendo las futuras estrategias de Clesa, que incluyen, tras la compra de Nuprosa y Helados Royne, como el próximo lanzamiento de nuevos zumos con la marca Santal.

Parmalat, uno de los grupos más importantes en el sector de leche, derivados y zumos de...

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Los expertos consideraban que la entrada de Parmalat en Clesa sería el inicio de un plan de expansión del grupo lácteo italiano en el mercado español. Pero no ha sido así. Después de controlar el 100% de la sociedad, Arturo Gil, anterior propietario de la compañía y vicepresidente de la patronal CEOE, sigue actuando con plenos poderes y definiendo las futuras estrategias de Clesa, que incluyen, tras la compra de Nuprosa y Helados Royne, como el próximo lanzamiento de nuevos zumos con la marca Santal.

Clesa no acometerá nuevas compras a corto plazo hasta no haber cubierto con sus recursos propios el coste de operaciones anteriores
La operación más importante ha sido la compra de Helados Royne, con planta en Leganés, con la que se creó la filial Clesa Helados

Parmalat, uno de los grupos más importantes en el sector de leche, derivados y zumos de la Unión Europea, apostó por su presencia en el sector lácteo español en 1998 con la compra de la empresa láctea Clesa, donde Arturo Gil y su familia poseían prácticamente la totalidad de las acciones. Aunque su presencia en el mercado español, comercializando sus productos, era muy anterior, la adquisición de Clesa se interpretó como el punto de partida para la construcción de otro gran grupo lácteo en el mercado español, donde están presentes fundamentalmente los franceses, pero no los italianos. Sin embargo, frente a esas previsiones, los italianos de Parmalat han adoptado una postura que ha sorprendido a propios y extraños. Se han limitado a comprar, pagar y volverse a Italia dejando la responsabilidad de la compañía en manos de su antiguo propietario y presidente, Arturo Gil.

"Debemos estar haciendo bien las cosas", señala Gil, vicepresidente de la CEOE y presidente de la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas, "porque no recibimos órdenes de nadie. Los italianos quieren resultados positivos y los estamos consiguiendo".

Corría el verano de 1998. Los accionistas mayoritarios de Puleva y máximos responsables del grupo, Guillermo Mesonero y Javier Tallada, habían sacado adelante esa empresa granadina de una situación casi de quiebra y se disponían a seguir creciendo en el negocio de la leche para ponerse al frente del sector. Y el objetivo fue Clesa. Sin que lo supiera su mayor accionista, Arturo Gil, los dos empresarios adquirieron el 22% de Clesa, en manos de la compañía Hispano Africana. El objetivo era entablar negociaciones con Gil desde esa posición de fuerza para hacerse con el control de la sociedad. Pero Arturo Gil, un histórico en el sector de la leche, consideró la compra como una acción hostil, una especie de afrenta, donde unos recién llegados al mundo de la leche le pretendían dar lecciones sobre cómo gestionar una empresa láctea.

Y, para ello, no dudó en buscar aliados., Los italianos de Parmalat adquirían inicialmente el 51% de Clesa y lograban su control valorando la empresa en 130 millones de euros, un precio muy superior al ofertado por Puleva. Los responsables de la láctea granadina se vieron atrapados y cosecharon su primer fracaso. Sin posibilidad de gestion, vendieron su 22% de Clesa a Caja Madrid antes de que entrase Parmalat que hoy controla el 100%. En medios del sector de la leche se ve, sin embargo, la operación de Parmalat con cierta sorpresa y no se entiende muy bien por qué los italianos pagaron en su día un elevado precio por Clesa para no construir a partir de esta empresa un grupo de mayor envergadura.

Estrategia láctea

En el sector lácteo, Clesa ha seguido con su anterior estrategia, donde la fabricación de leche líquida sigue teniendo un escaso peso, al suponer solamente el 30% del negocio. Gil ha mantenido su apuesta por la elaboración de otros productos de más valor añadido, como las leches de larga vida, batidos, horchata o leche condensada. Esta estrategia gusta a los italianos.

En el sector de la leche, la única adquisición se produjo en 2000 con la compra de la empresa Nuprosa, con una facturación de 42 millones de euros, por unos 36 millones de euros. La empresa cuenta con una planta en Utebo (Zaragoza) y opera fundamentalmente en la venta de leche condensada y batidos.

Fuera del sector lácteo, pero ligado a esa actividad, la operación más importante ha sido la compra, ese mismo año, de Helados Royne, con planta en Leganés (Madrid), y con la que se constituyó la filial Clesa Helados.

Según manifestaciones de Arturo Gil, Clesa no acometerá nuevas compras a corto plazo hasta no haber integrado con sus propios recursos el coste de las operaciones anteriores. Sin embargo, como filial en este caso del grupo Parmalat, los proyectos más improtantes en el mercado español pasan en los próximos meses por el lanzamiento de zumos, especialmente para la hostelería, con la marca Santal.

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