El Gobierno saca adelante su Plan de Salud sin aclarar su financiación

El tripartito sólo aceptó tres de las 25 propuestas de la oposición

El Plan de Salud elaborado por el Gobierno para el periodo 2002-2010 salvó ayer el trámite de su discusión parlamentaria sin sufrir ningún retoque. La ausencia de la suspendida Batasuna permitió al Ejecutivo sacar adelante el proyecto durante el debate monográfico celebrado en la Cámara sin tener que hacer concesiones a la oposición, que se encontró en minoría. El tripartito sólo aceptó tres de las 25 propuestas de resolución presentadas por PP y PSE, todas socialistas, y rechazó la principal exigencia de estos partidos: que el Gobierno concrete el presupuesto que se va a gastar en desarrollar...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El Plan de Salud elaborado por el Gobierno para el periodo 2002-2010 salvó ayer el trámite de su discusión parlamentaria sin sufrir ningún retoque. La ausencia de la suspendida Batasuna permitió al Ejecutivo sacar adelante el proyecto durante el debate monográfico celebrado en la Cámara sin tener que hacer concesiones a la oposición, que se encontró en minoría. El tripartito sólo aceptó tres de las 25 propuestas de resolución presentadas por PP y PSE, todas socialistas, y rechazó la principal exigencia de estos partidos: que el Gobierno concrete el presupuesto que se va a gastar en desarrollar las medidas propuestas en el plan.

Así, el principal documento que marcará la estrategia sanitaria a seguir en los próximos años para dar respuesta a todos los factores que inciden en la salud de los ciudadanos no detalla las partidas económicas que lo soportarán. El consejero de Sanidad, Gabriel Inclán, y la portavoz del PNV en el debate, Gema González de Txabarri, justificaron la ausencia de una memoria económica en el hecho de que en el primer trimestre de cada año el Consejo de Gobierno aprobará las nuevas acciones a desarrollar dentro del plan en ese ejercicio. Una vez conocidas las medidas, el Ejecutivo dará el visto bueno al presupuesto correspondiente. La explicación no convenció ni a populares ni a socialistas, que expresaron su decepción.La oposición agradeció al consejero de Sanidad que aceptase debatir el Plan en un pleno monográfico, dándole así la opción a PP y PSE de sacar adelante alguna de sus propuestas, al revés de lo que ha ocurrido con el Plan Director de Vivienda 2002-2005. El consejero de Vivienda, Javier Madrazo (IU), ha rechazado esta posibilidad entre las críticas de PP y PSE.

La lucha contra las enfermedades del aparato circulatorio y el cáncer, que son las dolencias que causan el mayor número de muertes en el País Vasco, centrarán buena parte de los esfuerzos del Plan de Salud, según indicó el consejero de Sanidad, Gabriel Inclán, quien se encargó de defender el documento. Potenciar el diagnóstico precoz de algunas enfermedades (como el cáncer de mama), fomentar los estilos de vida saludables a través de dietas adecuadas (con menos grasas) y reducir el consumo de alcohol y tabaco son algunas de las propuestas recogidas en el documento. Así, el Departamento de Sanidad se marca como objetivo elevar al 80% la cifra de no fumadores para el año 2010 (71% en la actualidad), disminuir al menos un 15% el consumo de alcohol entre los mayores de 16 años y reducir el número de obesos en un 20%.

Según Inclán, la adopción de un estilo de vida saludable podría reducir la mortalidad hasta en un 43%. Otra de las aspiraciones es alargar la esperanza de vida de los vascos un año en la próxima década. Ahora, esa esperanza es de 75,4 años de media para los hombres y de 83 para las mujeres.

Terrorismo y salud

El portavoz del PSE, Jesús Loza, reconoció algunas bondades del documento elaborado por Sanidad, como la introducción de medidas para reducir las desigualdades sociales en salud (una novedad en relación a los dos planes anteriores), pero echó de menos compromisos sobre la forma de financiarlo. Además, calificó de "grave" que no se tengan en cuenta los datos aportados desde la atención primaria para medir el estado de salud. Según Loza, los redactores del Plan sólo han tenido en cuenta las patologías tratadas a nivel hospitalario, con lo que han quedado fuera de las prioridades del departamento enfermedades como el reúma o la hipertensión, muy sentidas por la población.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

El parlamentario socialista también reclamó la inclusión dentro del documento de un capítulo dedicado a la influencia que tiene el terrorismo en la salud de los vascos. "No es aceptable el abandono de las víctimas del terrorismo a nivel de atención psicológica", protestó. El tripartito rechazó estas propuestas con el argumento de que, de una u otra forma, estos aspectos ya figuran en el Plan de Salud o en los programas que desarrolla el Gobierno, como las actividades desplegadas por la Dirección de Víctimas del Terrorismo, dependiente del Departamento de Interior.

Al final, los partidos del Gobierno aceptaron tres de las 11 propuestas presentadas por el PSE: elaborar un programa de educación sanitaria para niños y jóvenes, mejorar el sistema de recogida de datos, y reforzar el papel de la sociedad en los consejos que asesoran a Sanidad sobre las políticas de salud.

"Espíritu arcaico"

Lo que no hubo ocasión de debatir fueron las propuestas de resolución planteadas por el Partido Popular. La parlamentaria del PNV González de Txabarri las calificó de "poco serias" y rehusó entrar a discutirlas, porque "la consigna que anima el PP es rechazar todo lo que proceda del Gobierno vasco, sea un Plan de Salud o cualquier otra cosa", dijo.

El diputado del PP Ricardo Hueso fue, sin duda, quien se mostró más beligerante con la estrategia sanitaria del Gobierno. En su opinión, el Plan de Salud refleja el "espíritu arcaico y primitivo" de sus redactores, porque presentan acciones en la línea de las que empezaron a realizar las comunidades autónomas en la década de los 80. Hueso descalificó la selección de prioridades sanitarias del Gobierno, ya que "parecen extraídas de los recortes de la sección de salud de los periódicos" más que del análisis riguroso de una administración sanitaria desarrollada.

El consejero rechazó estas críticas e insistió en que el Plan pretende, de forma preferente, que las mejoras sanitarias alcancen a los más desfavorecidos. "El Plan es un instrumento para la acción, para hacer frente a las situaciones que surgen y que necesitan una respuesta adecuada", aseguró.

Archivado En