Aprendices de diputados

El hemiciclo de las Cortes Valencianas fue escenario, ayer por la mañana, de un singular pleno en el que un grupo de escolares ocupó por unas horas los escaños de los diputados para debatir sobre la Declaración de los Derechos del Niño, aprobada en el año 1959 y ratificada en 1989. Era la séptima edición del Foro Infantil que a lo largo de los últimos años ha organizado la sección valenciana de Unicef con el objetivo de concienciar a la sociedad acerca de los derechos de los niños y de familiarizar a éstos con los organismos que nos gobiernan, como es el caso del funcionamiento de las C...

El hemiciclo de las Cortes Valencianas fue escenario, ayer por la mañana, de un singular pleno en el que un grupo de escolares ocupó por unas horas los escaños de los diputados para debatir sobre la Declaración de los Derechos del Niño, aprobada en el año 1959 y ratificada en 1989. Era la séptima edición del Foro Infantil que a lo largo de los últimos años ha organizado la sección valenciana de Unicef con el objetivo de concienciar a la sociedad acerca de los derechos de los niños y de familiarizar a éstos con los organismos que nos gobiernan, como es el caso del funcionamiento de las CortesValencianas. Participaron escolares procedentes de 10 colegios de toda la geografía valenciana, que aportaron 15 alumnos y dos profesores cada uno. El acto lo presidió la presidenta de las Cortes, Marcela Miró, a quien acompañaban en la Mesa Javier Urra, del comité español de Unicef, y cargos públicos de la Administración relacionados con el mundo de la infancia y la juventud.

Los niños pudieron así hacer sus pinitos como diputados, aunque el guión de la sesión -que estaba escrito hasta el último detalle- no dejara lugar a la sana espontaneidad que a buen seguro podrían haber sacado a relucir los jóvenes intervinientes de no haber tenido que sujetarse a ese corsé. Por otra parte, la sesión se prolongó por espacio de casi tres horas, bastante más de lo que cualquier niño es capaz de aguatar sin moverse de un asiento, sin salir al servicio o sin tomarse el asunto con cierta guasa.