Cuestión de humanidad
El pasado día 10, a las diez de la mañana, intenté acceder, con mi madre de 92 años y con muchisímas dificultades de locomoción, a la unidad de radioterapia del hospital de la Princesa de Madrid por la puerta de urgencias de la calle de Maldonado, donde está siendo tratada. Se nos impidió el acceso por una empleada del hospital y un vigilante, diciéndonos con prepotencia y malos modos que no estaba permitido el acceso a consultas por esa puerta.
Tuvimos que salir nuevamente a la calle de Maldonado y por la calzada, sorteando vehículos, andamios y materiales en la acera, debido a las obr...
El pasado día 10, a las diez de la mañana, intenté acceder, con mi madre de 92 años y con muchisímas dificultades de locomoción, a la unidad de radioterapia del hospital de la Princesa de Madrid por la puerta de urgencias de la calle de Maldonado, donde está siendo tratada. Se nos impidió el acceso por una empleada del hospital y un vigilante, diciéndonos con prepotencia y malos modos que no estaba permitido el acceso a consultas por esa puerta.
Tuvimos que salir nuevamente a la calle de Maldonado y por la calzada, sorteando vehículos, andamios y materiales en la acera, debido a las obras que se realizan, llegar a otra puerta, a la que en ese momento cubría una cortina de agua procedente de las obras en la fachada, y atravesarla para poder entrar al hospital.