El Rey pide una sociedad unida para hacer frente a la "calamidad" del 'Prestige'

Don Juan Carlos defiende la Constitución como instrumento de convivencia en una "nación plural"

El sufrimiento de numerosas familias, especialmente las gallegas, a causa de la catástrofe que ha supuesto el accidente del Prestige, constituyó el centro de la preocupación del rey Juan Carlos en su discurso navideño de este año. El monarca expresó un deseo: "Que todos unidos seamos capaces de poner fin cuanto antes a esta calamidad". El mensaje de unidad, de partidos políticos, agentes sociales y sociedad, y la cooperación de las diferentes administraciones discurrieron a lo largo de toda su intervención no sólo para hacer frente a esta tragedia, sino para conseguir las aspirac...

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El sufrimiento de numerosas familias, especialmente las gallegas, a causa de la catástrofe que ha supuesto el accidente del Prestige, constituyó el centro de la preocupación del rey Juan Carlos en su discurso navideño de este año. El monarca expresó un deseo: "Que todos unidos seamos capaces de poner fin cuanto antes a esta calamidad". El mensaje de unidad, de partidos políticos, agentes sociales y sociedad, y la cooperación de las diferentes administraciones discurrieron a lo largo de toda su intervención no sólo para hacer frente a esta tragedia, sino para conseguir las aspiraciones de la sociedad de hacer de España "un país más equilibrado y más justo". Las virtudes de la Constitución, subrayó, siguen hoy siendo útiles para garantizar la convivencia de una nación plural.

"El Estado de derecho legitima a la sociedad democrática para combatir el terrorismo"
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Galicia y todas las demás zonas de España afectadas por la catástrofe del petrolero Prestige, cargado con más de 70.000 toneladas de fuel que siguen fluyendo hacia las costas, estuvieron en el corazón del discurso de Navidad de don Juan Carlos. De la magnitud de esta tragedia tiene conocimiento directo el Rey por su presencia en las Rías Altas, y por la visita que posteriormente hizo el príncipe Felipe a las Rías Bajas. Galicia fue expresamente mencionada por el monarca en distintos pasajes de su discurso, tanto para mostrar su solidaridad con sus ciudadanos como para elogiar a los jóvenes por su ayuda voluntaria o para pedir la unidad en aras de hacer frente a esta crisis.

Sus primeras palabras fueron para mostrar su cercanía a todas las familias que viven momentos de dolor o de especial dificultad. Destacan "las numerosas familias, en particular gallegas, que estas Navidades sufren los daños causados por el accidente del Prestige". "Junto con el de mi familia, recibid todo mi afecto. Que todos unidos seamos capaces de poner fin cuanto antes a esta calamidad". No dejó lugar a la duda respecto a la trascendencia que otorga a esta crisis. "La prosperidad, el buen funcionamiento de las instituciones y la justicia social son factores destacados en la consecución del bienestar de la sociedad, que deben estar comprometidos con la conservación del medio ambiente". "El desastre ocurrido en Galicia nos enseña que ésta debe ser una de nuestras principales preocupaciones. El medio ambiente constituye un legado único e irrepetible, fuente de vida y de progreso, que tenemos la obligación de transmitir a las futuras generaciones".

La unidad de la sociedad y de los poderes públicos para hacer frente a las dificultades y a los nuevos retos estuvo muy presente en este discurso. Sus llamadas a la cooperación se producen en medio de fuertes disputas entre los partidos a propósito de la crisis del buque hundido.

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"Hoy nuestra sociedad demanda el objetivo compartido de atender derechos y aspiraciones que, junto a las económicas, hagan de España un país cada vez más equilibrado y justo, donde los ciudadanos puedan disfrutar en todos los ámbitos de una mayor calidad de vida, especialmente en cuanto a oportunidades de empleo, derechos sociales, educación, formación y vivienda, una aspiración particularmente sentida por tantos jóvenes", enumeró el Rey. "Para alcanzar este objetivo es siempre importante que el Estado y sus distintas Administraciones públicas puedan contar con el concurso de las fuerzas políticas, económicas y sociales conforme al afán colectivo de generosidad y colaboración que distingue a la sociedad española", solicitó don Juan Carlos.

Los retos, las incertidumbres y las dificultades que existen en nuestra sociedad fueron abordadas por el Rey con confianza y cierto optimismo. "Un país como el nuestro, que ha sabido superar situaciones difíciles y realizar transformaciones históricas, puede y debe tener plena confianza en el futuro", señaló. "Aunque soy consciente de las incertidumbres económicas que aún llegan a muchos hogares, lo cierto es, sin embargo, que nuestra economía ha podido amortiguar los efectos de la situación internacional. Esperemos que pueda registrar pronto una mejora significativa que beneficie a todas las familias".

Además de unidad, el Rey habló de convivencia. "Disponemos del marco y de los instrumentos necesarios para asegurar la más estrecha convivencia y el más pleno desarrollo del país". La Constitución de 1978 es ese instrumento, porque logró "articular diversidades y superar discrepancias". La Carta Magna "ha aportado un modelo equilibrado de convivencia. Nadie puede negarle este valor, porque su virtud principal ha sido vertebrar a España como nación plural, integradora de su rica diversidad y garantizar los derechos y libertades de todos los españoles por igual".

Precisamente el marco constitucional, subrayó, "legitima a la sociedad democrática para combatir toda actividad terrorista, contando con los medios que proporciona el Estado de derecho". Don Juan Carlos, que calificó el terrorismo de "rotundamente inmoral", tuvo palabras de cariño hacia las víctimas y sus familias que sufren "un desgarro despiadado". El afecto de la familia real para quienes sufren el terrorismo lo situó en su deseo de que las víctimas se vean reconfortadas "por las pruebas de solidaridad de todos los españoles de buen corazón". El Rey envió su más "profunda gratitud" a las Fuerzas de Seguridad del Estado, que dedican sus vidas a velar por los derechos y libertades de los demás.

Don Juan Carlos, en La Zarzuela, pronuncia su discurso de Navidad.EFE

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