Crítica:ENSAYO

Un gran fresco de Marruecos

En España abundan los libros que tratan de aspectos puntuales de Marruecos pero escasean los más completos. Marruecos en transición, de Pierre Vermeren, colma en cierta medida ese hueco y traza un amplio fresco de la sociedad marroquí. A la edición española se ha añadido un prólogo que analiza la evolución histórica de la relación hispano-marroquí.

Vermeren, profesor de la Universidad de Burdeos, ha escrito una radiografía amena de la sociedad marroquí salpicada de retratos de sus principales protagonistas, y de breves fichas sobre instituciones, como el majzén, ese entram...

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En España abundan los libros que tratan de aspectos puntuales de Marruecos pero escasean los más completos. Marruecos en transición, de Pierre Vermeren, colma en cierta medida ese hueco y traza un amplio fresco de la sociedad marroquí. A la edición española se ha añadido un prólogo que analiza la evolución histórica de la relación hispano-marroquí.

Vermeren, profesor de la Universidad de Burdeos, ha escrito una radiografía amena de la sociedad marroquí salpicada de retratos de sus principales protagonistas, y de breves fichas sobre instituciones, como el majzén, ese entramado de cortesanos y altos funcionarios que gravitan en torno al rey y, con frecuencia, gobierna.

El principal mérito de Vermeren es describir hasta qué punto Marruecos es un país multifacético, "un país de contrastes, complejo y atractivo", formado por "microsociedades que comparten un mismo territorio pero que se ignoran mútuamente". Si la explicación puede ser útil para los lectores franceses, debería serlo aún más para los españoles que, sobre todo desde el episodio del islote Perejil, suelen tener una visión maniquea de su vecino meridional.

MARRUECOS

Pierre Vermeren Traducción de Clara Cabarrocas Almed. Granada, 2002 365 páginas. 18 euros

Pese a que la instalación de unos uniformados marroquíes en ese islote y la reactivación de la reivindicación sobre Ceuta y Melilla, pueden dar la impresión contraria, Vermeren sostiene en su conclusión que la tendencia dominante en Marruecos es "la debilitación del nacionalismo que se percibe a través de numerosos fenómenos como la masiva tentación del exilio entre los jóvenes o el resquebrajamiento de los grandes partidos nacidos a partir del histórico Istiqlal (...)". El nacionalismo propagado desde el Estado pierde fuerza pero, como en gran parte del mundo árabe, está en auge el islamismo, pragmático pero radical. Vermeren lo reconoce pero no subraya lo suficiente la pujanza de este movimiento puesto de relieve por las elecciones de septiembre y dedica más atención al resurgir de los bereberes.

Quizá, la principal crítica a la obra sea su título Marruecos en transición. El reino alauí no estaba exactamente en transición cuando, en 2000, escribió el libro. Tenía un Gobierno de alternancia pero no existía un proyecto para modificar la Constitución y el sistema político. Hoy día lo está aún menos. Mohamed VI ha echado por la borda la herencia política de su padre y ha nombrado a Driss Jettu, un tecnócrata ajeno a los partidos, al frente del Gobierno.

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