EE UU quiere que la OTAN se adapte a la doctrina del ataque preventivo

La próxima cumbre invitará a siete países a sumarse a la Alianza

Inspirada por Estados Unidos, la OTAN quiere extender su campo de acción a la lucha contra el terrorismo internacional, aseguran fuentes diplomáticas aliadas. Este asunto será discutido el próximo mes en Praga, durante la Cumbre Atlántica a la que asistirán el presidente estadounidense, George W. Bush, y los líderes de los otros 18 países socios. La agenda tendrá como cuestiones sobresalientes la invitación a ingresar en la organización a (al menos) siete naciones; la mejora de las capacidades militares; la creación de una fuerza de reacción rápida y la reestructuración de los comandos estraté...

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Inspirada por Estados Unidos, la OTAN quiere extender su campo de acción a la lucha contra el terrorismo internacional, aseguran fuentes diplomáticas aliadas. Este asunto será discutido el próximo mes en Praga, durante la Cumbre Atlántica a la que asistirán el presidente estadounidense, George W. Bush, y los líderes de los otros 18 países socios. La agenda tendrá como cuestiones sobresalientes la invitación a ingresar en la organización a (al menos) siete naciones; la mejora de las capacidades militares; la creación de una fuerza de reacción rápida y la reestructuración de los comandos estratégicos.

EE UU quiere convencer a los aliados de las bondades de la estrategia de seguridad nacional anunciada por la Casa Blanca en septiembre, basada en el ataque preventivo contra países que poseen armas de destrucción masiva, léase Irak, o focos de terrorismo incontrolado como el que desató Al Qaeda en los atentados del 11 de septiembre.

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Los líderes atlánticos estudiarán en la capital checa un documento sobre el 'concepto militar de la lucha contra el terrorismo', explican fuentes diplomáticas europeas, inspirado en la conveniencia de no quedarse pasivos, como sostiene el secretario de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld. Se trataría de asumir la doctrina Rumsfeld dentro de la propia organización atlántica, pero manteniendo 'la legalidad actual', precisan las fuentes.

El plan que se baraja contempla la posibilidad de que la OTAN actúe como alianza o encabezando una coalición ante un ataque terrorista inminente, ante fundados datos o información de que se prepara un ataque o bien lanzando una operación contra un Estado o grupo que pudiera replicar con un ataque terrorista.

El jefe del Pentágono explicó en octubre a sus homólogos la conveniencia de crear, en un plazo de dos a cuatro años, una fuerza de combate para misiones de castigo fuera del territorio aliado, compuesta por unos 20.000 soldados capaces de desplegarse en un plazo de siete a 30 días en una zona de conflicto. La idea fue, en general, bien recibida, aunque Francia y Alemania, y socios menores como Bélgica plantearon reservas.

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Muchos países de la organización militar no son proclives a suscribir esta doctrina como si fuera un cheque en blanco, especialmente Francia. 'No comulgamos con ella y si alguien en Praga plantea incorporarla dentro de la nueva función que la OTAN debe desempeñar en la lucha antiterrorista no la aceptaremos como tal', comenta un diplomático francés.

Portavoces de la OTAN rebajan la trascendencia del debate, por la polémica que encierra, y prefieren prudentemente hablar de 'acciones de defensa anticipada' descartando 'cambios importantes de doctrina en Praga'.

Su secretario general, George Robertson, sin embargo, dijo en Varsovia, al ser preguntado en rueda de prensa, que 'la Alianza Atlántica debe adaptarse a los nuevos tiempos'.

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