Vizcaya abrirá un nuevo centro de menores para evitar la saturación

Cuatro locales acogen en Euskadi a 30 jóvenes condenados

Aumenta la delincuencia juvenil y cada vez se aproxima más a los 17 años, la barrera entre la minoría y la mayoría de edad. La Ley Penal del Menor impide el ingreso en prisión de los menores de 18 años. Los centros de internamiento son la alternativa al encarcelamiento en aquellos casos en los que los jueces lo estiman. Su objetivo es reeducar a los menores e integrarles a la sociedad. Actualmente unos 30 adolescentes de entre 14 y 22 años cumplen sus condenas en los tres centros en funcionamiento en el País Vasco.

En Euskadi actualmente hay tres residencias abiertas, distribuidas entre...

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Aumenta la delincuencia juvenil y cada vez se aproxima más a los 17 años, la barrera entre la minoría y la mayoría de edad. La Ley Penal del Menor impide el ingreso en prisión de los menores de 18 años. Los centros de internamiento son la alternativa al encarcelamiento en aquellos casos en los que los jueces lo estiman. Su objetivo es reeducar a los menores e integrarles a la sociedad. Actualmente unos 30 adolescentes de entre 14 y 22 años cumplen sus condenas en los tres centros en funcionamiento en el País Vasco.

En Euskadi actualmente hay tres residencias abiertas, distribuidas entre Ortuella, con 8 plazas; Aramaio, que puede albergar a un máximo de 12 menores, y Andollu, preparado para acoger a 11. Además, existe un piso de 4 plazas en Bilbao para menores que cumplen en libertad la última parte de la condena. 'El nivel de ocupación es muy alto. No llega a la saturación, pero es total. El número de internos fluctúa, pero en estos momentos hay unos 30 ingresados. La demanda es creciente. Cada vez hay más más implicados', reconoce José María Urkijo, director de Derechos Humanos y de Cooperación con la Justicia.

En secreto

La apertura prevista de un nuevo centro en Vizcaya en el plazo de dos meses, en una localidad que por el momento prefiere mantenerse en secreto, para 8 menores completará el diseño de Derechos Humanos. El centro cumplirá el doble objetivo de que los educadores puedan proseguir con la atención personalizada a los internos y poner freno a la saturación que empieza a vislumbrarse en los establecimientos actuales.

Junto a la nueva residencia, el próximo año abrirá sus puertas la de Zumarraga; que será el más grande de todos los centros, ya que cuenta con capacidad para 36 menores, repartidos en diversas unidades. Este internado fue objetivo de ETA en febrero de 2001, justo un mes después de que entrara en vigor la Ley del Menor y no hubo tiempo de que fuera estrenada por quedar totalmente destrozado. Se prevé que pueda acoger a menores de autonomías limítrofes como Navarra, Cantabria y La Rioja que carezcan de posibilidades de acoger a menores de sus zonas.

Se da la circunstancia de que el 50% de los delincuentes juveniles internos en el País Vasco son extranjeros y, la gran mayoría, marroquíes. El alto índice de desarraigo, las dificultades de adaptación y los problemas que a menudo arrastran los jóvenes desde sus lugares de origen facilitan la comisión de los delitos, argumenta Urkijo.

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