Reportaje:

Mejora la salud del mar donostiarra

Azti estudia el impacto de los vertidos tras la colocación del emisario submarino en Pasaia

Las condiciones ambientales de la banda costera entre San Sebastián y Pasaia han mejorado notablemente a partir de la puesta en funcionamiento del emisario submarino de Mompás, un gran tubo submarino que vierte las aguas residuales del área de Donostialdea a 1,2 kilómetros de la línea de costa y a 47 metros de profundidad. Expertos de la Fundación Azti han llegado a esta conclusión inicial tras los primeros estudios para conocer el impacto ambiental de los vertidos en las zonas de Mompás y cala Murguita, junto a la entrada al Puerto de Pasajes.

El informe de Azti se conocerá en marzo de...

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Las condiciones ambientales de la banda costera entre San Sebastián y Pasaia han mejorado notablemente a partir de la puesta en funcionamiento del emisario submarino de Mompás, un gran tubo submarino que vierte las aguas residuales del área de Donostialdea a 1,2 kilómetros de la línea de costa y a 47 metros de profundidad. Expertos de la Fundación Azti han llegado a esta conclusión inicial tras los primeros estudios para conocer el impacto ambiental de los vertidos en las zonas de Mompás y cala Murguita, junto a la entrada al Puerto de Pasajes.

El informe de Azti se conocerá en marzo de 2003, aunque durante los muestreos realizados se ha comprobado una mejoría de la calidad del agua en el área de Mompás, junto a la costa, donde se arrojaban las aguas sucias hasta la instalación del emisario, en mayo de 2001, explica Javier Franco, del Departamento de Oceanografía y Medio Ambioente Marino de Azti.

Los residuos producidos por Donostialdea (250.000 habitantes) que antes se vaciaban junto a la costa por el colector de Mompás (construido en 1970) se han desplazado ahora a 1,2 kilómetros mar adentro con el emisario. Franco considera que la afección de este vertido es menor porque los residuos se distribuyen más en la zona del emisario, donde además la capacidad de regeneración del mar es mayor que junto a la costa de Mompás y cala Murguita. Además, la instalación de una estación que filtra los residuos sólidos ha reducido el volumen contaminante que llega al agua. Este filtro que criba elementos sólidos mayores de seis milímetros de diámetro recogió 120.000 kilos de residuos durante los tres primeros meses de funcionamiento del emisario.

La franja entre Mompás y Murguita (al oeste del puerto pasaitarra) estaba considerada como una de las más contaminadas del litoral vasco. Los primeros controles realizados por Azti han constatado una recuperación ambiental de las aguas y la aparición de especies de animales que son indicadores de una mejoría ecológica. Sin embargo, explica Franco, junto a la boca del emisario han proliferado 'animales oportunistas' que se alimentan de la materia orgánica detrítica que dispersa el tubo submarino. 'Son gusanos (poliquetos) de tamaño muy pequeño que aparecen por millares y denotan la presencia de contaminación'.

La zona de influencia del vertido de la comarca de Donostialdea se ha trasladado alrededor del emisario, aunque los residuos producidos por los habitantes de Oarsoaldea (Oiartzun, Pasaia, Lezo y Rentería), que antes se vertián en el estuario de Oiartzun, ahora se canalizan a través del colector de cala Murguita (construido en 1996), lo que ha mejorado sensiblemente la calidad del agua de la bahía de Pasaia y del recinto portuario. El saneamiento de esta parte del litoral no se completará hasta dentro de tres años, cuando entre en funcionamiento la depuradora de Loiola, que absorberá las aguas de Donostialdea y Oarsoaldea.

Una cartografía del fondo marino

Un equipo de especialistas de la Fundación Azti dispondrá a comienzos de 2003 un mapa exacto del fondo marino existente en la banda costera entre San Sebastián y Pasaia. La caracterización de la plataforma submarina se conseguirá a través de dos procedimientos científicos: el sónar de barrido lateral y el sistema de clasificación de fondos RoxAnn. La tecnologia del sónar consiste en dos haces laterales que se emiten desde una especie de torpedo o pez que se arrastra mediante un cable que sirve para conducir ademas la corriente electrica necesaria desde el barco. El sensor (pez arrastrado) avanza remolcado por la embarcación y emite ondas acústicas (pulsos) al ordenador del barco cuando detecta la presencia de rocas o dunas, lo que permite confeccionar una gran fotografía del fondo. El RoxAnn permite obtener imágenes en tiempo real y en tres dimensiones del fondo marino. Este método aporta información sobre el tipo de rugosidad y la dureza del fondo, explica Javier Franco, de Azti. También se puede emplear tanto para la búsqueda de fondos adecuados para la pesca como para evitar las zonas que podrían suponer un peligro para los aparejos. Azti emplea la embarcación Ortze, un buque oceanográfico de 19 metros de eslora, y dos lanchas neumáticas de apoyo para realizar estas tareas. El estudio cartográfico forma parte del proyecto ambiental de las bahías de San Sebastián y de Pasaia encargado por el Departamento de Obras Hidráulicas de la Diputación de Guipúzcoa y la Mancomunidad de Aguas del Añarbe, cuyo coste es de 80.000 euros. Los trabajos de descripción del fondo marino se compaginarán con la toma de muestras de agua en 24 estaciones, de sedimentos en 21 puntos, el análisis de la contaminación marina a través de los mejillones en cuatro zonas, el estudio de las comunidades de animales de fondos duros y blandos en 26 puntos y de la alga gelidium sesquipedale en cuatro estaciones.

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