Reportaje:

El amigo perdido de Lorca

El pueblo del poeta recuerda a Rodríguez Valdivieso, a quien dedicó sus cartas más íntimas

Consiguió hacer llorar de emoción a Andy García cuando, tras ver la película Muerte en Granada, en la que el actor cubano interpretaba al autor de Yerma, le dijo: 'Conocí a un Federico García Lorca. Tras ver su interpretación en la película, ya conozco a dos'. También guardó durante 60 años, atemorizado por posibles represalias franquistas, las cartas de amor -no correspondido- que el poeta le envió cuando él apenas tenía 20 años y que se conocieron en 1994.

Ahora, el pueblo de Fuente Vaqueros, localidad natal de Federico García Lorca, ha decidido recuperar la figura de Ed...

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Consiguió hacer llorar de emoción a Andy García cuando, tras ver la película Muerte en Granada, en la que el actor cubano interpretaba al autor de Yerma, le dijo: 'Conocí a un Federico García Lorca. Tras ver su interpretación en la película, ya conozco a dos'. También guardó durante 60 años, atemorizado por posibles represalias franquistas, las cartas de amor -no correspondido- que el poeta le envió cuando él apenas tenía 20 años y que se conocieron en 1994.

Ahora, el pueblo de Fuente Vaqueros, localidad natal de Federico García Lorca, ha decidido recuperar la figura de Eduardo Rodríguez Valdivieso dedicándole una calle y recobrando sus recuerdos. Es el retorno de un amigo perdido.

Eduardo Rodríguez Valdivieso, fallecido en 1997 a los 83 años de edad, ocultó durante décadas su relación de amistad con García Lorca por miedo a ser perseguido por el franquismo. Sin embargo, él fue el destinatario de las únicas cartas de amor que hoy se conocen del poeta y el testigo de sus últimos días antes de que decidiera esconderse en la casa de Luis Rosales y fuese luego detenido y ejecutado. 'El 18 de julio de 1936', recordaba Eduardo, 'era el santo de Federico. Yo fui a felicitarlo. Estaba durmiendo la siesta. Al cabo de un rato bajó, pálido y demacrado. Estaba aterrorizado por una pesadilla que había tenido. 'Unas mujeres enlutadas, cubiertas de negro', me contó, 'me arrojaban al suelo y hacían ademán de golpearme con unas enormes cruces'. Unos días después lo detuvieron'.

Rodríguez Valdivieso decidió hablar de su relación con García Lorca mucho tiempo después de llegada la democracia. Había conocido al poeta en Granada, en 1932, y mantuvo con él una estrecha amistad -una vez que Lorca descubrió que Valdivieso no era homosexual- hasta su muerte. Como a tantos otros amigos del autor de Romancero gitano, la figura de Lorca lo marcó para el resto de sus días. 'Era un personaje impresionante, de esa clase de personas que entran en una habitación y todo el mundo se gira para mirarlas', contaba en 1995.

Rodríguez Valdivieso aportó, tras las investigaciones que realizó Ian Gibson sobre Lorca, datos históricamente desconocidos, como el hecho de que el poeta se movió por Granada libremente tras el estallido de la guerra civil, y no permaneció, como se creía, recluido en su casa. También ofreció anécdotas que los productores de Muerte en Granada aprovecharon para la película, como la peculiar manera de fumar de García Lorca o su forma de andar. Inquieto hasta su muerte, Rodríguez Valdivieso nunca abandonó sus deseos de ser actor. Su última presencia sobre un escenario fue en 1995, en el estreno del disco Omega, de Enrique Morente y Lagartija Nick, donde, ante más de mil punkis, leyó precisamente el poema con ese título. Puso el recinto en pie. Ahora Granada vuelve a recordarlo.

'...mi amor es como un pájaro'

El pasado viernes, Fuente Vaqueros, el pueblo natal de Federico García Lorca, decidió dedicarle por fin una calle a Eduardo Rodríguez Valdivieso, quien fuera en vida un modesto cajero de banco, aprendiz de poeta y actor en ciernes que, sin embargo, ocultaba un secreto: a él le había escrito el poeta sus cartas de amor más íntimas. Misivas que concluían con frases como 'Guarda bien esta carta...' En ellas se mostraba una persona vulnerable ('mi amor es como un pájaro, y tú puedes derribarlo con un tiro de escopeta') y sensible ('...eres un paisaje en donde yo me dormiría para siempre'). El silencio de Rodríguez Valdivieso a esas cartas fue la respuesta de alguien que idolatraba a Lorca pero que no podía corresponderle. Aun así, siempre mantuvieron tal amistad que el joven, que contaba 24 años cuando estalló la guerra civil, llegó ofrecerle al poeta su casa para esconderse. La casa-museo natal de Federico García Lorca en Fuente Vaqueros dedicó sus actividades del viernes a Rodríguez Valdivieso. A los actos asistieron su viuda, Montserrat Gabriel, y su hija. En la casa se exhibían todas las cartas que le escribió García Lorca y un vídeo, grabado en 1988, en el que Rodríguez Valdivieso desgranaba todos los recuerdos que le unían al poeta granadino, como el día que se conocieron en una fiesta de disfraces, en el Carnaval de 1932, sus encuentros en Granada y Madrid, y las últimas semanas de su vida antes de ser fusilado. Rodríguez Valdivieso, hombre de memoria prodigiosa, contaba cómo Federico era un ser absolutamente desprendido y generoso. Siempre que el amigo, ya anciano, recordaba alguna cena o almuerzo con el poeta, además de detallar el menú, solía apuntillar: '...que, por supuesto, pagaba Federico'. El director de la casa-museo, Juan de Loxa, hizo hincapié durante el acto en el hecho de que Rodríguez Valdivieso, sin saberlo, había atesorado algunos de los documentos más valiosos del poeta. Eso ya fue resaltado también por el crítico Miguel García Posada cuando tuvo en sus manos las cartas inéditas de Lorca que fueron publicadas por primera vez en el suplemento Babelia. Ahora, como el propio amigo, pertenecen a la historia del poeta.

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