Menú de colegio

Leo en su periódico del día 23 de agosto, en la edición de Madrid, que cinco diputados de la Asamblea se quejan del menú subvencionado del Parlamento, que cuesta 3,60 euros, y que en ocasiones incluye solomillo y dorada.

Invito a estos diputados a que pasen cualquier día lectivo por el comedor de un colegio público, en el que comen miles de niños y profesores, a degustar un menú. Por él pago el mismo importe fijado por la Asamblea para los señores parlamentarios, pero en él predominan los platos de pasta o legumbres y las carnes de segunda clase.

También yo trabajo en un centro p...

Leo en su periódico del día 23 de agosto, en la edición de Madrid, que cinco diputados de la Asamblea se quejan del menú subvencionado del Parlamento, que cuesta 3,60 euros, y que en ocasiones incluye solomillo y dorada.

Invito a estos diputados a que pasen cualquier día lectivo por el comedor de un colegio público, en el que comen miles de niños y profesores, a degustar un menú. Por él pago el mismo importe fijado por la Asamblea para los señores parlamentarios, pero en él predominan los platos de pasta o legumbres y las carnes de segunda clase.

También yo trabajo en un centro público. El día que debo quedarme a comer en mi centro de trabajo me siento en unas pequeñas mesas de cafetería y espero pacientemente a que me sirvan los platos de un menú corriente, pero bien cocinado, por el que pago cinco euros.

Los pinchos de la barra son menos variados y más caros que los que consumen los diputados. Ah, y el agua mineral no es gratis.