HACIA LA ILEGALIZACIÓN DE BATASUNA

Pujol defiende la abstención de CiU frente a las 'presiones' y 'chantajes' de PP y PSOE

La dirección nacionalista cierra filas y las únicas voces críticas de la ejecutiva pidieron votar 'no'

El presidente de la Generalitat de Cataluña y de CiU, Jordi Pujol, asumió ayer la abstención de los nacionalistas catalanes en el proceso de ilegalización de Batasuna a través del Congreso apelando a la 'coherencia' de su formación frente a las 'exigencias, presiones y hasta un cierto chantaje' de populares y socialistas. La ejecutiva de la federación, que se reunió por la mañana en Barcelona, cerró filas en torno a esta posición y ningún dirigente sugirió una rectificación para que CiU se sumara al bloque del 'sí'. Por el contrario, las únicas reticencias trataron infructuosamente de arrastra...

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El presidente de la Generalitat de Cataluña y de CiU, Jordi Pujol, asumió ayer la abstención de los nacionalistas catalanes en el proceso de ilegalización de Batasuna a través del Congreso apelando a la 'coherencia' de su formación frente a las 'exigencias, presiones y hasta un cierto chantaje' de populares y socialistas. La ejecutiva de la federación, que se reunió por la mañana en Barcelona, cerró filas en torno a esta posición y ningún dirigente sugirió una rectificación para que CiU se sumara al bloque del 'sí'. Por el contrario, las únicas reticencias trataron infructuosamente de arrastrar el voto de CiU hacia el 'no'.

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Pujol, bronceado y de muy buen humor, compareció ante la prensa acompañado por el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran, y su adjunto, Pere Macias, tras la reunión de la ejecutiva de la federación, que ratificó por amplísima mayoría el acuerdo muñido en los últimos días por los principales dirigentes: CiU se abstendrá en el pleno del día 26 'por coherencia' con la opinión expresada durante el trámite parlamentario de la Ley de Partidos, cuando se desmarcó del punto que prevé que el Congreso pueda activar el proceso contra Batasuna.

'Nuestra decisión es firme, bien discutida, bien analizada, buena', dijo Pujol, quien advirtió de que CiU había recibido 'exigencias, presiones y hasta un cierto chantaje' para sumarse de forma 'incondicional' al PP, de cuyos votos depende en el Parlamento catalán, y al PSOE. El veterano dirigente exhibió todas las credenciales acumuladas en los últimos 25 años de apoyo a la lucha antiterrorista para desbaratar cualquier atisbo de duda ante la firmeza de CiU frente a ETA y reiteró los mismos argumentos que expresó en su día cuando el PP y el PSOE le quisieron implicar en el Pacto Antiterrorista: 'Siempre hemos demostrado sentido de Estado, de servicio y de supeditación a los intereses generales y, a diferencia del PP y del PSOE, podemos decir que nunca hemos utilizado el terrorismo como arma electoral', afirmó.

Sentido de Estado

Mientras CiU actúa con 'sentido de Estado y supeditación al interés general', argumentó Pujol, el PP y el PSOE utilizan el terrorismo 'como arma política y electoral'. 'Sentimos tener que decir que somos el único partido que nunca, desde el año 1977, ha usado política o electoralmente el terrorismo. Esto no lo pueden decir ni PP ni PSOE'.

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El líder de CiU recordó que la federación contribuyó a aprobar la Ley de Partidos y que, por tanto, el Gobierno ya tiene el instrumento que necesitaba. 'Ahora de lo que se trata es de aplicar la ley, y es el Gobierno el que debe hacerlo, sin comprometer más al Parlamento', afirmó. Además, Pujol exhortó al Ejecutivo central a recomponer cuanto antes las relaciones con el PNV y supeditó la efectividad de la Ley de Partidos al diálogo entre Madrid y Vitoria, porque ésta debe aplicarse, dijo, 'en un marco de diálogo'.

Pujol abrió con estos mismos argumentos la discusión en la ejecutiva nacional, el máximo órgano de CiU, que se reunió horas antes que la Diputación Permanente del Congreso para zanjar definitivamente un debate que los nacionalistas catalanes, como dijo Pujol, tenían 'muy masticado'. La cúpula de CiU defendió sin fisuras la abstención durante la reunión, a la que no asistió el conseller en cap, Artur Mas, por encontrarse aún de vacaciones.

Fuentes de la federación explicaron que la ejecutiva cerró filas sin apenas oposición: el principal debate no fue tanto qué decisión tomar, sino cómo venderla ante la opinión pública y los electores de CiU. El propio Pujol admitió que la abstención puede tener algún coste, pero indicó que su responsabilidad era 'defender el interés general y los principios democráticos'. Las únicas reticencias las expuso el ex secretario general de Convergència, Pere Esteve, adscrito al sector soberanista, quien pidió votar 'no'. Sólo le secundó, y de pasada, el consejero de Política Territorial, Felip Puig.

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