COYUNTURA AGRARIA

Las industrias lácteas dejan de recoger la leche no controlada

Las industrias lácteas, así como los primeros compradores, han dejado de recoger en el campo la llamada leche negra, denominación que hace referencia a la que no se incluye en la cuota legal de producción y, por lo tanto, está fuera del control de la Administración. En los últimos años esta leche se ha comercializado a menor precio y ha sido adquirida de forma generalizada en el sector. Medios ganaderos estimaban ese volumen de ventas en unas 750.000 toneladas.

La decisión de los industriales se ha puesto en marcha ante la existencia de unos mayores controles por parte de la admi...

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Las industrias lácteas, así como los primeros compradores, han dejado de recoger en el campo la llamada leche negra, denominación que hace referencia a la que no se incluye en la cuota legal de producción y, por lo tanto, está fuera del control de la Administración. En los últimos años esta leche se ha comercializado a menor precio y ha sido adquirida de forma generalizada en el sector. Medios ganaderos estimaban ese volumen de ventas en unas 750.000 toneladas.

La decisión de los industriales se ha puesto en marcha ante la existencia de unos mayores controles por parte de la administración agraria y muy especialmente por las investigaciones que se han comenzado a realizar desde el Ministerio de Hacienda.

Ante esta situación, muchos ganaderos que hasta este momento estaban vendiendo esta leche tienen bloqueada su producción y no hallan un comprador para su oferta, a pesar de que bajan los precios. En algunos casos, esta nueva situción ha llevado incluso a la destrucción de esa leche por falta de compradores.

Además de la leche negra, algunas empresas han comenzado a rechazar cisternas con leche que no cumple las condiciones mínimas higiénico-sanitarias, y fundamentalmente el contenido en antibióticos.

Los precios de la leche de vaca, consecuencia del exceso de oferta en los últimos meses, han bajado de 0,33 a 0,28 euros, de 55 a 47 pesetas el litro, cifras que, en opinión de los ganaderos, suponen pérdidas para la producción. En medios agrarios se espera que los bajos precios se acaben en otoño como consecuencia de una reducción de la oferta.

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