Entrevista:DAVID DE FERRANTI | VICEPRESIDENTE DEL BANCO MUNDIAL

'Estamos listos para ayudar a Argentina'

Aconseja a las empresas y bancos españoles que se queden en Latinoamérica

A su paso por París, el vicepresidente del Banco Mundial para Latinoamérica, David de Ferranti, repasa con este periódico las condiciones en que Argentina podría recibir una ayuda importante de la institución financiera a la que pertenece. Recomienda a los inversores españoles que no se vayan de Latinoamérica -en otoño próximo tiene previsto visitar España- y conserva un fondo de esperanza en una futura recuperación económica, bajo la superficie del pesimismo actual: 'El fin del mundo no dura mucho tiempo'.

Pregunta. ¿Cómo van las negociaciones de Argentina con la comunidad finan...

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A su paso por París, el vicepresidente del Banco Mundial para Latinoamérica, David de Ferranti, repasa con este periódico las condiciones en que Argentina podría recibir una ayuda importante de la institución financiera a la que pertenece. Recomienda a los inversores españoles que no se vayan de Latinoamérica -en otoño próximo tiene previsto visitar España- y conserva un fondo de esperanza en una futura recuperación económica, bajo la superficie del pesimismo actual: 'El fin del mundo no dura mucho tiempo'.

Pregunta. ¿Cómo van las negociaciones de Argentina con la comunidad financiera internacional?

Respuesta. Después de la reciente visita a Washington del ministro argentino de Economía, Roberto Lavagna, hay más posibilidades de que se cierre un acuerdo entre el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Gobierno argentino en las próximas semanas. Ese pacto permitiría un flujo importante de recursos hacia aquel país. Nosotros estamos listos para no perder el tiempo en cuanto se produzca ese acuerdo.

P. ¿Qué tipo de ayuda tienen preparada en el Banco Mundial?

R. Hay necesidades muy urgentes de medicinas y de libros para las escuelas: la prioridad serán la educación y la salud. Ya hemos aprobado el desbloqueo de 100 millones de dólares del Banco Mundial para esa finalidad, que estaban previstos desde el ejercicio pasado y que todavía no han sido utilizados por Argentina. El Gobierno de Buenos Aires tiene esa ayuda a su disposición desde el pasado mes de marzo, y cuando se agote el dinero aportaremos más. La segunda prioridad es la ayuda técnica y financiera al país para que repare y restablezca los servicios esenciales, por ejemplo, el suministro de agua.

P. Muchas empresas españolas han sido golpeadas por la situación económica de Argentina, sobre todo los principales bancos.

R. La banca y el sector financiero en general es la tercera prioridad en el sistema de ayudas que estamos contemplando. La banca ha sufrido un desastre en Argentina y es crucial que vuelva a funcionar. Esto depende de lo que el actual Gobierno pueda hacer. Necesitamos varias semanas más hasta ver los resultados de la política adoptada para salir del corralito.

P. En Argentina no se entiende que ahora, que es cuando más se necesita la ayuda económica, y usted acaba de detallar tres prioridades con un amplio contenido social, haya que esperar.

R. Como usted sabe, los dueños del Banco Mundial son 182 países. Nuestro directorio, que representa a los propietarios, nos ha dado instrucciones de no profundizar en la ayuda hasta que se produzca el acuerdo de Argentina con el Fondo Monetario Internacional. No tenemos autorización para avanzar más rápidamente. Además, el Gobierno argentino no ha utilizado todavía los 100 millones de dólares que le mencioné antes.

P. ¿Cómo se entiende que no se use una ayuda disponible?

R. Ésta sería una pregunta para el Gobierno argentino. Ellos se enfrentan a un montón de retos. No es una crítica al Gobierno de Argentina, sino una reflexión sobre la dificultad de gestionar al tiempo tantos frentes.

P. Se ha demonizado al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial como culpables de la crisis desatada en Argentina. ¿Hasta qué punto reconoce usted que ambas instituciones financieras internacionales han contribuido a esta situación?

R. Hace muchos años que ofrecimos un nivel importante de ayuda a Argentina, en el bien entendido de que, para recibirla, hay que abordar varias reformas que sólo el Gobierno puede obtener. Las limitaciones políticas han impedido a Argentina conseguir cambios de importancia, y por eso no recibió más dinero. Se lo ofrecimos, pero ellos no hicieron su parte.

P. ¿Por ejemplo?

R. Por ejemplo, las relaciones entre el Gobierno estatal y los gobiernos provinciales en Argentina. Esto es fundamental y el programa de Domingo Cavallo (el ex ministro de Economía) no ayudó a mejorar la situación. Me parece un punto importante en el debate sobre quién contribuyó a la actual crisis.

P. ¿Cree justificados los temores de la comunidad financiera internacional a un triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva, líder de la principal formación de izquierdas, el Partido de los Trabajadores, en las próximas elecciones presidenciales en Brasil?

R. Hay mucho nerviosismo en los mercados. Nuestra opinión es que se muestran ahora demasiado pesimistas, así como el año pasado pecaban de optimismo. Es posible que el momento más pesimista ya haya pasado, porque las encuestas muestran que la diferencia entre los dos candidatos (a las elecciones presidenciales) va disminuyendo y hay más información sobre el hecho de que el Gobierno ya ha financiado sus necesidades para todo el ejercicio. La gente en Brasil considera que la experiencia sufrida en Argentina es una razón para no cambiar demasiado. Lula da Silva, que ya tiene el respaldo de la izquierda, puede dirigirse ahora más hacia el centro político. Después de las elecciones presidenciales, la eliminación de la incertidumbre será positiva en sí misma para recuperar la confianza de los mercados.

P. Si estuviese usted en el lugar de los bancos y empresas españolas que han invertido mucho dinero en los últimos años en Latinoamérica, ¿les recomendaría marcharse o quedarse?

R. Obviamente, he tenido muchos contactos. No podemos quejarnos de que empresas que han sufrido muchísimo no puedan continuar, porque tienen obligaciones con sus accionistas. Pero la historia de Latinoamérica, mucho más que en otras zonas del planeta, ha sido de altibajos. Se va a producir una recuperación económica, y la duda es cuándo y con qué fuerza va a producirse. Los inversores deben prepararse para ese momento, antes de que sea demasiado tarde, porque cuando llegue el momento y todo el mundo sepa que las condiciones son buenas, ya será tarde. El fin del mundo no dura mucho tiempo. Necesitamos el éxito de las empresas españolas en América Latina y por eso es muy urgente crear un clima económico más favorable.

P. ¿Puede detallar sus principales programas de ayuda previstos?

R. Hace unas semanas hemos aprobado una partida de un billón de dólares de ayuda nueva para Brasil. Querríamos hacer eso mismo con Argentina.

P. ¿Todo está condicionado al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional?

R. Sí.

P. Pero antes ha dicho que hay 100 millones de dólares disponibles...

R. Y tenemos listos otros 200 millones de dólares más. Sólo falta la aprobación de nuestro directorio, pero probablemente no tendremos problemas con eso. Y después del acuerdo entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional, se podrá disponer de más dinero.

'El 12 de septiembre Latinoamérica desapareció de las pantallas en EE UU'

P. Es inevitable pensar que la crisis económica mundial agrava aún más el estado de Latinoamérica, sobre todo tras el 11 de septiembre. R. El drama es que Latinoamérica desa-pareció de las pantallas de Estados Unidos, el 12 de septiembre de 2001. Han volado todos los discursos de la Administración norteamericana sobre el comercio libre y el estrechamiento de relaciones con la región. La contracción de las tres economías más importantes del mundo (Japón, Estados Unidos y Europa) lo complica todo. P. Si a Europa le preocupa el proteccionismo estadounidense sobre la agricultura, ¿qué decir de Latinoamérica? R. ¡Exactamente! Yo me encontraba en Brasil cuando se anunció la decisión sobre al acero, y estaba en otra parte de Latinoamérica cuando se anunciaron los subsidios norteamericanos a su agricultura; las palabras van a favor del comercio libre, pero los hechos van en contra. Una prioridad del mundo es reducir estas barreras para permitir que los productos de los países pobres, incluidos los agrícolas y los textiles, puedan llegar a Estados Unidos. P. ¿Se puede pensar en un plazo de recuperación que dé esperanzas a la gente? R. Chile requirió más de veinte años para mejorar. También México. El problema es que se necesita un poco más de tiempo, pero hay signos positivos. Colombia tiene un equipo (el del presidente Uribe) nuevo y fuerte; Brasil superará las incertidumbres del presente, y, en México, la Administración de Vicente Fox tropieza con dificultades, pero la vinculación de su economía con la de Estados Unidos es tan estrecha que la recuperación norteamericana tendrá efectos positivos para México. En el Banco Mundial no creemos que Latinoamérica vaya a sufrir más en el futuro, pero es verdad que persisten las diferencias entre los países y sigue habiendo riesgos.

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