De la mano vecinal
Los ecologistas abandonaron el marco teórico para profundizar en las experiencias de lucha de distintos colectivos como la impulsada contra el Plan Hidrológico Nacional, los problemas enérgeticos ligados a las centrales nucleares y térmicas o la especulación urbanística. Incluso el accidente nuclear de Palomares (Almería) salió de nuevo a debate. En Sevilla no faltaron tampoco las referencias al vertido tóxico de Aznalcóllar que, en opinión de los ecologistas, sacó a la luz de forma cruda la colonización de los recursos mineros del territorio andaluz por parte de las multinacionales.
De...
Los ecologistas abandonaron el marco teórico para profundizar en las experiencias de lucha de distintos colectivos como la impulsada contra el Plan Hidrológico Nacional, los problemas enérgeticos ligados a las centrales nucleares y térmicas o la especulación urbanística. Incluso el accidente nuclear de Palomares (Almería) salió de nuevo a debate. En Sevilla no faltaron tampoco las referencias al vertido tóxico de Aznalcóllar que, en opinión de los ecologistas, sacó a la luz de forma cruda la colonización de los recursos mineros del territorio andaluz por parte de las multinacionales.
Del intercambio de experiencias, sin embargo, sacaron una conclusión muy nítida que marca el camino que debe seguir el ecologismo en el futuro. 'Tenemos que buscar alianzas con asociaciones locales, que no tienen por qué ser eecologistas, para trabajar', expone Alejandro Cueto, portavoz del eje.
Un ejemplo del buen resultado de este abrazo fue la oposición contra la central nuclear de Zorita, en Guadalajara, en la que se implicó tan activamente la población que llegaron a liderar la campaña. 'El ecologismo no es tan fuerte y necesitamos meternos con más fuerza en el tejido social', insiste Cueto.