EE UU interceptó mensajes sobre la 'hora cero' el 10 de septiembre

'El partido está a punto de empezar', decía una comunicación que no fue traducida

'El partido está a punto de empezar'. 'Mañana es la hora cero'. Estos mensajes en árabe fueron interceptados el pasado 10 de septiembre por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), el servicio de espionaje que intercepta las comunicaciones mundiales, pero sólo se tradujeron el 12 de septiembre, un día después de los atentados. Estas nuevas revelaciones han vuelto más urgentes las reformas en las distintas agencias de inteligencia estadounidense.

Sin embargo, estas medidas no estarán incluidas en el nuevo macrodepartamento de Seguridad Nacional que el Gobierno presentó ayer al Congreso....

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'El partido está a punto de empezar'. 'Mañana es la hora cero'. Estos mensajes en árabe fueron interceptados el pasado 10 de septiembre por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), el servicio de espionaje que intercepta las comunicaciones mundiales, pero sólo se tradujeron el 12 de septiembre, un día después de los atentados. Estas nuevas revelaciones han vuelto más urgentes las reformas en las distintas agencias de inteligencia estadounidense.

Sin embargo, estas medidas no estarán incluidas en el nuevo macrodepartamento de Seguridad Nacional que el Gobierno presentó ayer al Congreso.

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El jefe de la NSA, el teniente general Michael Hayden, desveló los fallos de su agencia el martes en una comparecencia a puerta cerrada ante los comités de inteligencia del Senado y la Cámara de Representantes, que investigan si el Gobierno pudo prevenir los atentados. Los mensajes en cuestión no mencionan ni la hora, ni el lugar ni el tipo de 'partido' que estaba a punto de ocurrir. Tampoco se sabe de dónde proceden. Expertos en temas de inteligencia han asegurado a The Washington Post y a The New York Times que las pistas eran demasiado escasas. Las transmisiones fueron sin embargo consideradas lo bastante importantes como para ser traducidas en dos días, lo que no pasa con la mayoría de las comunicaciones recogidas por la NSA.

La agencia, la menos conocida de los servicios de espionaje estadounidenses, intercepta cada hora dos millones de comunicaciones -conversaciones telefónicas, correos electrónicos, mensajes por Internet-, pero no tiene la capacidad de descifrarlas todas. Es más, la mayoría nunca llega a ser descodificada. La NSA tiene un presupuesto estimado de 6.000 millones de dólares (6.300 millones de euros), muy superior a la de la CIA, y posee más ordenadores que ninguna otra institución en el mundo, pero ha reconocido sus limitaciones. 'Solíamos ser una agencia de la era de la información durante la era industrial, ahora nos pasa lo contrario', dijo el general Hayden.

El Gobierno de Bush se mostró ayer muy molesto por las filtraciones de unas sesiones en teoría confidenciales. 'Si nuestros enemigos saben que tenemos los medios de conocer lo que dicen puede perjudicar nuestra capacidad de obtener esta información y de defendernos', dijo ayer el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer.

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Dispuesto a poner todos los medios a su alcance para detectar terroristas, el Gobierno ha defendido de nuevo el poder mantener detenido a un ciudadano estadounidense sin acusarle de nada y sin darle acceso a un abogado. Estas declaraciones fueron hechas en relación con el caso de Yaser Esam Hamdi, nacido en Luisiana, educado en Arabia Saudí, detenido en Afganistán, retenido en Guantánamo y ahora preso en una cárcel de Virginia, sospechoso de pertenecer a Al Qaeda. Estos mismos argumentos se usarán contra José Padilla, detenido en mayo por intentar trazar un plan para detonar una bomba sucia (explosivo convencional rodeado de material radioactivo), cuando comparezca hoy ante el juez.

Mientras, Tom Ridge, el director de la Oficina para la Defensa del Territorio Nacional, presentó ayer en el Congreso la macropropuesta del Gobierno de juntar los principios de servicios de seguridad del país (salvo las agencias de espionaje) en un nuevo Departamento de Seguridad Nacional para defender a EE UU de los 'enemigos en la sombra'. Muchos congresistas estiman que las propuestas de presupuesto (37.500 millones de dólares) no corresponden a la realidad y hará falta más dinero antes de que empiece a funcionar.

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