Entrevista:BOUCHAIB EL KHALFI | Cónsul general de Marruecos en Barcelona

'Los imames no deben inmiscuirse en la vida civil de los musulmanes'

Casado y padre de tres hijos, Bouchaib El Khalfi declara que se encuentra muy a gusto en su nuevo destino consular, que abarca Cataluña, Aragón, Andorra, Valencia, Baleares y Murcia. Después de haber permanecido durante 15 años como cónsul en la región de París, advierte sobre los riesgos de fractura social que a largo plazo comporta una mala gestión inicial del fenómeno migratorio.

Pregunta. La inmigración tiene en Cataluña múltiples procedencias, pero en las últimas semanas la de origen magrebí ha sido motivo de polémica con más frecuencia. ¿A qué lo atribuye?

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Casado y padre de tres hijos, Bouchaib El Khalfi declara que se encuentra muy a gusto en su nuevo destino consular, que abarca Cataluña, Aragón, Andorra, Valencia, Baleares y Murcia. Después de haber permanecido durante 15 años como cónsul en la región de París, advierte sobre los riesgos de fractura social que a largo plazo comporta una mala gestión inicial del fenómeno migratorio.

Pregunta. La inmigración tiene en Cataluña múltiples procedencias, pero en las últimas semanas la de origen magrebí ha sido motivo de polémica con más frecuencia. ¿A qué lo atribuye?

Respuesta. Por una parte, la inmigración extranjera es un fenómeno nuevo en Cataluña, y por otra, se trata de inmigrantes de primera generación, que es la que suele tener más problemas de integración porque no conoce la lengua de la sociedad de acogida y porque en este caso tiene una cultura y una religión diferentes y poco conocidas en Cataluña. Esto es algo que no ocurre con el colectivo de latinoamericanos: ellos hablan la misma lengua y tienen la misma religión. Pero estos problemas pueden solucionarse. Me consta que las autoridades locales hacen un esfuerzo muy apreciable. Pero el colectivo marroquí también debe hacer un esfuerzo para adaptarse a la sociedad de acogida.

'El problema es que ciertos imames traspasan los límites de sus funciones'
'Pido a los marroquíes de Premià que hagan el sacrificio necesario para alcanzar una solución'

P. ¿Considera aceptable que el presidente del Consejo Cultural Islámico, Mohamed Resae, lleve ocho años en Cataluña y no conozca el catalán ni el castellano?

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R. Cualquier persona que viva aquí debe necesariamente aprender la lengua y conocer la cultura catalana, y muy especialmente los imames, que representan un modelo para la colectividad. Por eso celebro que ese imam se haya apuntado ya a un curso de catalán. La experiencia de Francia, Bélgica u Holanda indica que la gente que emigra no lo hace por uno o dos años. Emigra para mucho tiempo, y muchos para siempre. Por eso quiero enviar a mis conciudadanos un mensaje: la convivencia entre los musulmanes y los autóctonos puede ser facilitada mediante el aprendizaje de la lengua y, sobre todo, el respeto de los valores de la sociedad de acogida, sus instituciones, su cultura y su lengua, sin renunciar por ello a su propia identidad, porque no es incompatible con los valores democráticos universales.

P. Algunos imames sí parecen considerarlo incompatible

R. Los imames no deben inmiscuirse en la vida de las asociaciones, en las relaciones con las autoridades y, en general, en la vida civil de los fieles. No han de hacer declaraciones provocativas y tienen que respetar a las otras religiones, igual que se respetan en Marruecos, donde hay iglesias, sinagogas, cementerios católicos y, en general, libertad de culto. Al mismo tiempo, la sociedad catalana tampoco debe ver a los inmigrantes musulmanes como una invasión religiosa o cultural. Los inmigrantes vienen por razones exclusivamente económicas y no pretenden imponer nada a nadie.

P. Parece que una de las dificultades procede de que en la cultura musulmana es difícil separar la vida civil de la religiosa, algo que choca muchas veces no sólo con nuestras costumbres, sino con nuestras leyes.

R. El problema de la práctica de la religión musulmana en Cataluña es que ciertos imames traspasan con frecuencia los límites de las funciones que les corresponden.

P. Que son...

R. Que son dirigir la oración, ayudar a los pobres y explicar las normas de la religión a los fieles, que además de la oración, incluye la buena conducta en la familia, la vecindad y el trabajo.

P. Pero a veces también dicen que las niñas no hagan gimnasia en la escuela, que como usted sabe, es una asignatura obligatoria.

R. En la religión musulmana no hay una jerarquía. La relación de la persona con Díos es directa, no necesita un intermediario, de modo que no existe un procedimiento para validar o seleccionar a los imames. Cualquiera que conozca el Corán de memoria, aunque no sepa nada más, puede proponerse para imam. Y yo creo que los imames deben tener determinadas cualidades y no sólo conocer el Corán, sino la palabra y los hechos del Profeta. Para que puedan cumplir bien con sus funciones deben tener una formación adecuada, tanto teológica como cultural. En el futuro, deberá establecerse algún criterio de selección que garantice esta formación.

P. ¿De qué forma?

R. A través de las estructuras ya existentes. Por ejemplo, el Consejo Cultural Islámico u otras organizaciones representativas de la comunidad musulmana.

P. ¿Pero cómo puede establecerse esa representatividad?

R. Tenemos algunos ejemplos en los que podemos inspirarnos. En Bélgica, por ejemplo, la comunidad musulmana ha elegido a 17 personas para formar parte del Órgano Supremo del Culto Musulmán. Esas personas representan a las distintas colectividades: turcos, marroquíes, argelinos, etcétera. Este organismo es el encargado de formar y nombrar a los imames, y es el único interlocutor de las autoridades belgas en lo que concierne al islam.

P. En Holanda hay polémica porque se ha introducido en las escuelas la asignatura de religión musulmana y se han encontrado con que en muchos casos está impartida por grupos integristas que educan a los niños de origen musulmán no en valores de concordia, sino de rechazo a la cultura de la sociedad en que viven.

R. En todas las religiones hay corrientes integristas, y en el caso del integrismo musulmán es cierto que a veces se utiliza para predisponer a los niños y a los jóvenes contra la cultura de la sociedad de acogida, lo cual puede poner en riesgo la convivencia. Pero son minorías poco numerosas que no representan a la generalidad de los musulmanes. Por eso insisto en la importancia de establecer mecanismos para designar como imames a personas que representen el espíritu tolerante y abierto de la religión musulmana. Por otra parte, gracias a Dios, la comunidad marroquí en Cataluña, en su conjunto, no está atravesada por estas corrientes.

P. ¿Qué opina del conflicto suscitado en Premià por el rechazo de los vecinos a que se construya una mezquita y la negativa de la comunidad musulmana a cambiar de emplazamiento?

R. En primer lugar, la gente habla de mezquitas cuando en realidad se trata de oratorios. Una mezquita debe tener una estructura arquitectónica especial, un minarete, etcétera, y los conflictos que se han suscitado han sido por el emplazamiento de oratorios, que en realidad son centros culturales con un lugar específico para rezar. En general, debemos procurar que estos oratorios tengan entradas independientes de las que tenga la finca en la que se encuentran, para evitar el rechazo de los vecinos. En cuanto al conflicto de Premià, creo que hay que valorar la acción del Ayuntamiento. A pesar de las dificultades, no cortó el diálogo e intenta encontrar una solución. La comunidad musulmana ha comprado el local y tiene derecho a construir en él, pero por encima de todo lo que interesa es mantener la convivencia. Por eso pido a la comunidad marroquí que se mantenga abierta al diálogo y haga los esfuerzos y sacrificios necesarios para encontrar una solución aceptable para ambas partes.

'Mejor la pedagogía que la demagogia'

Pregunta. Las fuerzas políticas de izquierda han propuesto a CiU y el PP un pacto para no utilizar la emigración como un arma política. ¿Está de acuerdo con este planteamiento?

Respuesta. No quiero inmiscuirme en asuntos políticos internos de Cataluña. Pero la experiencia me dice que es mejor orientar a la opinión pública desde la pedagogía que desde la demagogia, porque la demagogia alienta el rechazo y la xenofobia. He de decir, sin embargo, que Cataluña es conocida por la calidad de su acogida y quiero resaltar también la labor tan positiva que hacen las organizaciones no gubernamentales que trabajan en el ámbito de la inmigración.

P. Usted ha trabajado 15 años como cónsul en Francia. ¿Qué podemos aprender de la experiencia de ese país en esa cuestión?

R. Muchísimo. Sobre todo evitar algunos errores iniciales que han causado graves problemas muchos años después.

P. ¿Por ejemplo?

R. Permitir que la población inmigrada quedara recluida en guetos sociales y urbanísticos, que dificultan la integración, porque ese error suelen pagarlo las segundas y terceras generaciones. En la medida en que forman un gueto y viven en barrios socialmente marginados, con altos índices de fracaso escolar, las nuevas generaciones se sienten excluidas, cuando en realidad esos jóvenes se consideran perfectamente franceses. Ellos han nacido en ese país, y en muchos casos sus padres también; por eso encuentran más injusto todavía sentirse rechazados.

P. ¿Eso explica los brotes de violencia entre los jóvenes de origen inmigrante de algunos barrios periféricos de Francia?

R. Sí, creo que ese es un factor primordial, y Cataluña está aún a tiempo de evitar el error de permitir que se formen guetos marginales de población inmigrada.

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