Japón se venga de EE UU, Canadá y Rusia al prohibir la caza aborigen de ballenas

La venganza de

Japón por no permitirle incrementar sus cuotas para la caza 'científica' de ballenas la han pagado los aborígenes de Estados Unidos, Canadá y Rusia, a los que no se les renueva el permiso para la caza con destino a su propia subsistencia.

El penúltimo día de los cinco dedicados por la Comisión Ballenera Internacional (CBI) al debate de cuotas y conservación de ballenas ha sido para los aborígenes el equivalente al 11 de septiembre, según el delegado ruso a la reunión de la CBI que se celebra en Shimonoseki (Japón).

Rusia y Estados Unidos pedían capturar 280 ...

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La venganza de

Japón por no permitirle incrementar sus cuotas para la caza 'científica' de ballenas la han pagado los aborígenes de Estados Unidos, Canadá y Rusia, a los que no se les renueva el permiso para la caza con destino a su propia subsistencia.

El penúltimo día de los cinco dedicados por la Comisión Ballenera Internacional (CBI) al debate de cuotas y conservación de ballenas ha sido para los aborígenes el equivalente al 11 de septiembre, según el delegado ruso a la reunión de la CBI que se celebra en Shimonoseki (Japón).

Rusia y Estados Unidos pedían capturar 280 ejemplares con destino a los aborígenes en los próximos años. La propuesta fue derrotada por 30 votos contra 14, gracias a los votos 'comprados' por Japón, con la excusa de que el periodo es demasiado largo. 'Resulta impensable que un organismo internacional prive de ballenas a determinados colectivos indígenas que siempre han sido respetuosos con ellas', afirma Ricardo Sagarmínaga, presidente de la Sociedad Española de Cetáceos. 'Es doblemente triste que se les utilice como hizo Japón para aumentar sus propias capturas y ahora se les prive de uno de sus escasos recursos. La principal perjudicada es la propia cultura de estos colectivos', añade.

Poco después Japón vio rechazada una propuesta para levantar la moratoria establecida en 1986. Los debates continúan al rojo vivo.

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