CARTAS AL DIRECTOR

Rojos, abstenerse

Fui combatiente en la aviación republicana durante la guerra. Refugiado en Francia durante cuatro años -de los que pasé casi la mitad en campos de concentración-. Varios meses de cárceles en España al volver de Francia y visitas de la policía en mi domicilio.

Hace más de dos años presenté mi documentación, correspondiente a todas estas circunstancias habidas en mi 'dorada' juventud, atendiéndome una ley por la cual (decían) se indemnizaba a los represaliados por el franquismo. Después de estar esperando durante estos dos años, el día 24 de abril me presenté en las oficinas de la ...

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Fui combatiente en la aviación republicana durante la guerra. Refugiado en Francia durante cuatro años -de los que pasé casi la mitad en campos de concentración-. Varios meses de cárceles en España al volver de Francia y visitas de la policía en mi domicilio.

Hace más de dos años presenté mi documentación, correspondiente a todas estas circunstancias habidas en mi 'dorada' juventud, atendiéndome una ley por la cual (decían) se indemnizaba a los represaliados por el franquismo. Después de estar esperando durante estos dos años, el día 24 de abril me presenté en las oficinas de la Generalitat de Catalunya (chaflán calle de Girona con calle de Aragón), que se ocupan del Departamento de Justicia, reclamando por ya no recuerdo cuántas veces el cobro de la indemnización que me corresponde. Allí me contestaron que 'el cobro se había retrasado porque no se encontraba 'cuál era el delito que yo había cometido'.

Le contesté a la persona que me informaba que 'yo, el único delito que había cometido era el de no haber podido matar a Franco antes de que muriera en la cama'. A continuación le mostré mi carnet de retirado militar, acreditando mi personalidad durante la guerra española, pero añadiendo que yo había sido rojo y continuaba siéndolo a pesar de todos los pesares. Y que si la Generalitat de Catalunya o el Gobierno de España no tenían suficiente dinero para pagarme, esperando que me muriera (tengo ahora 86 años), podía pasar con el que tengo y no necesitaba la caridad de nadie.

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Resumiendo: no me pagan lo que me deben porque soy rojo, y de ello estoy más que orgulloso (no de que no me paguen, sino de no haber cambiado nunca de chaqueta, como hicieron otros muchos).

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