Reportaje:

Para todos los gustos

La Muestra Mundo Gay presenta hoy una pasarela de Francis Montesinos en Sevilla

Cuando el escritor Leopoldo Alas se acercó a curiosear, el librero Santiago García todavía tenía montañas de volúmenes apilados sobre el suelo. Tanto Alas como García, de alguna manera, han coincidido al posicionarse en una órbita que podría llamarse gay. El primero escribe sobre ella, el segundo vende las obras de quiénes escriben sobre ella en su librería Paradiso, en Zaragoza. No resulta extraño, por tanto, que ambos coincidieran ayer en la I Muestra Mundo Gay que se organiza en España, a la que Alas acudió como conferenciante y García como expositor.

El certamen, inaugurado a...

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Cuando el escritor Leopoldo Alas se acercó a curiosear, el librero Santiago García todavía tenía montañas de volúmenes apilados sobre el suelo. Tanto Alas como García, de alguna manera, han coincidido al posicionarse en una órbita que podría llamarse gay. El primero escribe sobre ella, el segundo vende las obras de quiénes escriben sobre ella en su librería Paradiso, en Zaragoza. No resulta extraño, por tanto, que ambos coincidieran ayer en la I Muestra Mundo Gay que se organiza en España, a la que Alas acudió como conferenciante y García como expositor.

El certamen, inaugurado ayer por los consejeros de Asuntos Sociales y Cultura, Isaías Pérez Saldaña y Carmen Calvo y que hoy ofrecerá una pasarela de Francis Montesinos (21.00), nace con un aire primerizo al que ya están acostumbrados los responsables de Fibes, que han apostado por organizar el evento contra viento y marea. A pesar de que finalmente sólo han acudido una treintena de las 46 firmas que habían reservado inicialmente espacio, la organización destaca que lo importante es 'poner en marcha la filosofía de la muestra gay'.

Así que la primera edición arrancó, en la parte expositiva, como un certamen pequeño, al que han acudido sobre todo expositores procedentes de Andalucía. Como presencia curiosa destaca la Oficina de Turismo de Hungría, que atendía ayer Marton Vajna. 'Budapest es el mundo de los balnearios y eso lo convierte en un sitio atractivo para este público', exponía.

Si la oferta húngara atraía como lo más exótico, el espacio que atiende Francisco Manuel Rojas rompía esquemas. Rodeado de montañas ordenadas de productos para limpiar piel, Rojas ofertaba un cepillado rápido a los zapatos de cualquier visitante para vender las ventajas de su producto. 'Hemos venido porque es una feria general y no dedicada a algo concreto', decía para justificar su presencia.

Casi todo lo que puede comprarse en esta muestra puede interesar al público gay, lésbico o heterosexual por igual. Los balnearios de Budapest, los calzoncillos, los muebles que muestra Rosa María Miranda -'nuestros clientes gays tienen mejor gusto', dice-, los sillones de masaje o los libros de temática gay que vende Santiago García interesan con independencia de la orientación sexual.

Tal vez lo único específico sean los expositores de los colectivos de gays y lesbianas, que están aprovechando la muestra para difundir sus actividades. Adriano Becerra, responsable de la rama juvenil de la plataforma andaluza Somos, dice que 'lo que no se ve no existe'. Por eso Becerra discrepa de lo expresado por Colega sobre la mercantilización y el aislamiento de una muestra semejante: 'Creo que es un berrinche porque no son protagonistas'.

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