Francia hace disciplinadamente sus deberes reeligiendo a Jacques Chirac
El presidente promete cohesión nacional para combatir la inseguridad y la intolerancia
Francia hizo ayer disciplinadamente sus deberes. Cumplido con cierta brillantez el rito de elegir a un presidente no especialmente querido y la tarea, mucho más hercúlea de poner a la extrema derecha en su sitio -que es bastante espacioso-, la clase política francesa enfrenta explícitamente desde ayer la batalla por las legislativas, la tercera vuelta de estas elecciones, que se desarrollarán el 9 y 16 de junio. Jacques Chirac sabe que ha ganado con el resultado más clamoroso -82,06%- que ningún presidente de la V República, pero con la legitimidad también más dudosa de toda su historia.
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Francia hizo ayer disciplinadamente sus deberes. Cumplido con cierta brillantez el rito de elegir a un presidente no especialmente querido y la tarea, mucho más hercúlea de poner a la extrema derecha en su sitio -que es bastante espacioso-, la clase política francesa enfrenta explícitamente desde ayer la batalla por las legislativas, la tercera vuelta de estas elecciones, que se desarrollarán el 9 y 16 de junio. Jacques Chirac sabe que ha ganado con el resultado más clamoroso -82,06%- que ningún presidente de la V República, pero con la legitimidad también más dudosa de toda su historia.
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