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ELECCIONES PRESIDENCIALES EN FRANCIA

Los nuevos líderes de la ultraderecha esperan capitalizar el éxito electoral de Le Pen

'No apoyaremos a Le Pen en las legislativas', advierte el disidente del FN Bruno Mégret

La ultraderecha francesa se encuentra en el momento más brillante de su historia, si bien esta operación se produce cuando su líder, Jean-Marie Le Pen, se encuentra próximo al final de su vida política, por más vigoroso que se muestre a sus 74 años de edad. Tampoco cuenta con un partido bien organizado, sino con un grupo compuesto de parientes y de viejos amigos. La situación es interesante porque se ha demostrado que los votantes existen, y esto azuza las esperanzas de varias personas, que se encuentran a la espera de la desaparición de Le Pen para convertirse en sus 'herederos'.

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Uno de ellos es Bruno Mégret. Hasta 1998 fue el número dos de Le Pen, y desde entonces es el disidente que intenta construir un partido, el Movimiento Nacional Republicano (MNR), con la ambición de sustituir al Frente Nacional y situarlo en el terreno de la 'derecha nacional' y no en el de la 'ultraderecha', matiz con el que espera lograr lo que Le Pen es hasta ahora incapaz de conseguir: un pacto con otros partidos de derecha.

'La operación de Jean-Marie Le Pen carece de futuro', asegura su antiguo lugarteniente. 'Primero, porque, salvo que sea elegido presidente de la República, cosa que no creo nada probable, al día siguiente de la elección, se acabó: incluso si lograra un porcentaje importante del 30% o 35% de los votos, las ideas que él defiende no serán aplicadas en absoluto por el Gobierno que nombre el presidente electo'.

El triunfante líder del Frente Nacional 'ha jugado la estrategia de todo o nada, ha pretendido ir él solo contra todos, lo cual le conduce al límite de sus posibilidades, por buenos que parezcan sus resultados actuales', afirma Mégret. 'Lo hemos visto en la campaña desarrollada entre las dos vueltas de las elecciones presidenciales: Le Pen encarna un voto de protesta, pero fracasa cuando se trata de organizar una estrategia gubernamental constructiva. Al día siguiente de la primera vuelta de las presidenciales dijo que Francia tiene que salir de Europa y después dio marcha atrás; si uno no tiene claras las ideas en torno a una cuestión tan importante, ésta es la prueba de que no podrá gobernar', explica.

Mégret es un disidente; pero en el entorno de Le Pen también se aprecia la contestación al líder. El incidente ocurrió unos días despues de que Le Pen anunciara su proyecto antieuropeo y la propuesta de rebajar al 35% el tope de impuestos y tasas que pueden recaer sobre un ciudadano francés (actualmente es del 50%). Como respuesta, Jean-Claude Martínez, el 'especialista económico' del Frente Nacional, afirmó que Francia no debe salir del sistema del euro; también dijo que lo máximo que se pueden rebajar los impuestos es al 41%; por último, aseguró que mantener el compromiso europeo sobre la reducción del déficit 'debe ser considerado una norma religiosa'.

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Le Pen tardó sólo unas horas en poner 'en su sitio' al díscolo. Interrogado por la emisora de radio RTL sobre las declaraciones de Martínez, el presidente del Frente Nacional respondió: 'Pregunten al señor Martínez cuando sea candidato a la presidencia de la República. Por ahora, éste no es el caso. El candidato soy yo y pueden preguntarme sobre mi programa, no sobre la opinión de mi portera respecto a la hora en que vuelvo a casa'. Martínez, el especialista económico del Frente Nacional, no ha vuelto a abrir la boca.

El disidente Bruto Mégret apoya a Le Pen en esta segunda vuelta de las presidenciales, 'porque es el menos alejado' y porque 'Chirac y la izquierda son los responsables de los problemas de inseguridad ciudadana y de islamización de nuestro país, de un alza de impuestos muy fuerte y de la regresión económica que sufre Francia desde hace diez años'.

Perspectivas de pacto

Pero el apoyo se termina esta noche: Mégret asegura que presentará candidatos propios a las legislativas en las 577 circunscripciones de Francia. Y sin ningún tipo de perspectivas de pacto con el líder del Frente Nacional. Más bien la estrategia del líder de la 'derecha nacional' consiste en situarse como un partido 'diferente, responsable, constructivo', que mantenga abierta la posibilidad de acuerdos futuros con otros partidos de derechas, 'como se ha hecho en Italia y en Portugal'.

La situación abierta en la ultraderecha no carece de interés, porque las urnas del pasado domingo 21 de abril demostraron que esta corriente política ha consolidado sus bastiones tradicionales en el sur y en el noreste del país, ampliando su influencia en el suroeste. A las votaciones del 22% al 26% logradas en las regiones de la Costa Azul se suman las del noreste industrializado: Alsacia (23,4%), Lorena (21,24%) y Champaña-Ardenas (21,12%), y la entrada en zonas tradicionales de la izquierda.

Jean-Marie Le Pen, en un mitin en Marsella el pasado jueves.
Jean-Marie Le Pen, en un mitin en Marsella el pasado jueves.ASSOCIATED PRESS

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