COYUNTURA INTERNACIONAL

¿El momento del BCE?

La inflación sigue sorprendiendo al alza en la UEM. En el mes de marzo los precios crecieron a una tasa interanual del 2,5%, medio punto por encima del objetivo de inflación fijado por el Banco Central Europeo (BCE). Este mal comportamiento de la inflación se explica, en parte, por el aumento de los precios del petróleo en las últimas semanas, pero ésta no es la única razón. De hecho, la inflación subyacente se situó en el 2,6%, lo que supone el máximo desde 1996. Un dato que añade presión al BCE.

Otra variable que influirá en las decisiones de tipos de interés de la autoridad monetaria...

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La inflación sigue sorprendiendo al alza en la UEM. En el mes de marzo los precios crecieron a una tasa interanual del 2,5%, medio punto por encima del objetivo de inflación fijado por el Banco Central Europeo (BCE). Este mal comportamiento de la inflación se explica, en parte, por el aumento de los precios del petróleo en las últimas semanas, pero ésta no es la única razón. De hecho, la inflación subyacente se situó en el 2,6%, lo que supone el máximo desde 1996. Un dato que añade presión al BCE.

Otra variable que influirá en las decisiones de tipos de interés de la autoridad monetaria es la evolución de la actividad. Es cierto que la economía se ha desacelerado y que el componente cíclico del PIB es negativo. Sin embargo, este output gap es moderado y ya se aprecia una mejoría en las expectativas, que apuntan con claridad hacia una recuperación en los próximos meses, tal y como muestran diversos índices como el ZEW alemán. Esta expectativa se combina con unos tipos de interés reales en la UEM que se sitúan en el 0,8%, un mínimo histórico, y con un euro depreciado, que configuran unas condiciones monetarias extremadamente relajadas. Todo apunta hacia subidas de tipos, la cuestión es cuándo.

El deterioro de las expectativas de inflación -en marzo los precios crecieron a una tasa interanual del 2,5%- añade presión al BCE
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El reciente aumento del precio del petróleo añade un nuevo interrogante. Este incremento tiene un efecto negativo sobre la actividad y al mismo tiempo contribuye a aumentar la inflación. En el caso de Estados Unidos, donde de momento no se aprecian tensiones inflacionistas, es probable que la Fed dé más peso al efecto del aumento del precio del petróleo sobre la actividad, lo que podría retrasar las subidas. En esta línea se pronunció Alan Greenspan en su discurso del pasado miércoles. En la UEM, en cambio, el mal comportamiento del petróleo se ha unido a las presiones inflacionistas ya existentes, que mantienen la inflación por encima del objetivo del 2% por tercer año consecutivo. Así, el BCE deberá prestar más atención al efecto del petróleo sobre la inflación, por lo que éste debería contribuir al adelanto de las subidas de tipos de interés.

En este contexto, con unas condiciones monetarias extremadamente relajadas, las perspectivas de recuperación y el aumento de los precios del petróleo, que añade presión adicional sobre la inflación, el BCE debería plantearse un adelanto de la subida de los tipos de interés. Es cierto que la recuperación todavía es incipiente, pero también lo es que los cambios en los tipos de interés tardan varios trimestres en tener su máximo efecto en la economía. Los bancos centrales deben anticiparse al tomar sus decisiones y tal vez el BCE debería moverse para no llegar tarde.

Xavier Torres es economista del Servicio de Estudios del BBVA.

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