La ONU aprueba un programa de acción para vincular el envejecimiento al desarrollo

La asamblea concluye sin compromisos sobre la financiación y el seguimiento de las medidas

La II Asamblea Mundial del Envejecimiento, convocada por Naciones Unidas, aprobó ayer un plan internacional de acción para incorporar el envejecimiento en las estrategias de desarrollo y lucha contra la pobreza. La asamblea no acordó nuevas fuentes de financiación específicas para acometer la situación. Los Gobiernos serán los responsables de desarrollar las líneas propuestas. Tampoco ha habido compromisos firmes sobre el seguimiento de las medidas, tal como pedían los países en desarrollo. En 2050, el 21% de la población mundial tendrá más de 60 años (ahora es el 10%).

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La II Asamblea Mundial del Envejecimiento, convocada por Naciones Unidas, aprobó ayer un plan internacional de acción para incorporar el envejecimiento en las estrategias de desarrollo y lucha contra la pobreza. La asamblea no acordó nuevas fuentes de financiación específicas para acometer la situación. Los Gobiernos serán los responsables de desarrollar las líneas propuestas. Tampoco ha habido compromisos firmes sobre el seguimiento de las medidas, tal como pedían los países en desarrollo. En 2050, el 21% de la población mundial tendrá más de 60 años (ahora es el 10%).

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La Asamblea Mundial, a la que han acudido 160 países, concluyó ayer sus cinco días de trabajo con la adopción de dos documentos: un plan de acción internacional y una declaración política. En ambos se excluye la creación de fuentes de financiación específicas para abordar el tema central del encuentro: las consecuencias que tendrá el envejecimiento especialmente en los países en desarrollo.

El marco financiero para los programas específicos que pudieran establecerse en los países desfavorecidos depende de los compromisos de la reciente cumbre de Monterrey (México). En ella, la Unión Europea prometió aumentar del 0,33% de media actual al 0,39% la proporción del Producto Interior Bruto (PIB) que dedica a la ayuda oficial al desarrollo. Estados Unidos anunció un aumento gradual de esta cooperación en 5.000 millones de dólares (6.250 millones de euros) sobre los 10.000 actuales (12.500 millones de euros).

Los países se comprometen a trabajar en tres direcciones: avanzar en la salud y el bienestar de las personas mayores, asegurarles entornos de apoyo y reconocer la vinculación entre envejecimiento y desarrollo. Según el ministro de la Presidencia, Juan José Lucas, los compromisos son 'mucho más que un catálogo de buenas intenciones'. Destacó como puntos clave 'la incorporación del envejecimiento a las estrategias de desarrollo y lucha contra la pobreza' y el compromiso para lograr 'un envejecimiento activo'. El aumento de la longevidad debe situarse 'en el meollo' de las políticas del siglo XXI, según Nitin Desai, vicesecretario general de la ONU.

La responsabilidad principal sobre la aplicación de medidas para abordar las consecuencias del envejecimiento será de los Gobiernos. Se considera 'esencial' que colaboren con las organizaciones no gubernamentales (ONG) y el sector privado. 'De todas formas, la comunidad internacional debe apoyar a los países para gestionar el gran cambio demográfico del siglo XXI', matizó Desai. La población mayor de 60 años, ahora el 10% del total, alcanzará el 21% en 2050, según la ONU. Tres de cada cuatro mayores residirán en países en desarrollo.

La declaración política reconoce las dificultades de los países pobres para su integración en la economía global. 'A menos que los beneficios del desarrollo social y económico se extiendan a todos los países, un creciente número de personas, particularmente mayores, e incluso regiones enteras continuarán marginadas de la economía global', señala el texto.

El uruguayo Felipe Paolillo, uno de los protagonistas de los trabajos iniciados hace año y medio, aseguró que la negociación ha sido 'muy difícil' en algunos momentos. 'No había diferencias ideológicas fundamentales, sino de énfasis', señaló. A su juicio, la gran novedad de esta asamblea (la anterior se celebró en Viena en 1982) es que ahora se tiene en cuenta la situación en los países en desarrollo, donde el envejecimiento 'va a crear enormes problemas'.

Según Paolillo, la asamblea no preveía aprobar nuevas fuentes de financiación, tal como propuso a título individual Venezuela, presidente del Grupo de los 77 más China (agrupa a 133 países en vías de desarrollo). 'No se trataba de eso. La financiación será una cuestión posterior', dijo. Tampoco se ha aprobado un mecanismo internacional específico para supervisar el cumplimiento del plan, cuyo contenido desarrollarán las conferencias regionales. Las peticiones de las ONG, para mayores han quedado fuera de los acuerdos. El Grupo de los 77 acogió el plan con satisfacción.

Participantes en la II Asamblea Mundial del Envejecimiento.LUIS MAGÁN

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