Jesús Gil 'burló' la democracia en Marbella, según el Supremo

El alcalde de Marbella, Jesús Gil, burló 'el funcionamiento democrático de los Ayuntamientos' al haber 'comprometido fondos municipales' sin más regla de actuación que su propia voluntad, según resume la sentencia del Tribunal Supremo hecha pública ayer y que confirma la pena de seis meses de arresto y 28 años de inhabilitación para el cargo público de alcalde u otro análogo, por delitos de prevaricación y tráfico de influencia en el caso de las camisetas del Atlético de Madrid.

La sentencia añade que tiene 'indudable trascendencia social' que una persona, aunque ocupe la relevan...

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El alcalde de Marbella, Jesús Gil, burló 'el funcionamiento democrático de los Ayuntamientos' al haber 'comprometido fondos municipales' sin más regla de actuación que su propia voluntad, según resume la sentencia del Tribunal Supremo hecha pública ayer y que confirma la pena de seis meses de arresto y 28 años de inhabilitación para el cargo público de alcalde u otro análogo, por delitos de prevaricación y tráfico de influencia en el caso de las camisetas del Atlético de Madrid.

La sentencia añade que tiene 'indudable trascendencia social' que una persona, aunque ocupe la relevante posición de alcalde, haga superflua la presencia de los demás órganos integrantes del Ayuntamiento, tanto técnicos como políticos.

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El Supremo confirma que en un corto lapso de tiempo Jesús Gil comprometió fondos del Ayuntamiento de Marbella en la publicidad de camisetas de jugadores de entidades deportivas, por una cifra que ronda los 1.000 millones de pesetas (6 millones de euros). Una parte importante de esta cantidad benefició al Club Atlético de Madrid, que él preside, y a una sociedad -Dorna-, a la que quería agradecer un importante favor de contenido económico.

Estas decisiones, según el Supremo, fueron adoptadas sin el conocimiento del pleno ni del interventor del Ayuntamiento, 'careciendo de dotación presupuestaria específica que amparase los pagos que asumía, y sin previa formación de expediente alguno'.

Tras conocer la sentencia, Jesús Gil hizo público un comunicado en el que destaca que no han existido otros delitos de los que le acusaba el fiscal Anticorrupción, como malversación de caudales, falsedad en documento público y apropiación indebida. 'Por lo tanto, mal podía comprometer fondos públicos cuando sabemos que el Ayuntamiento de Marbella no pagó hasta ocho años después, sin intereses y aplazado', adujo. Gil añadió que él no suscribió los contratos con el Atlético y fue el interventor quien ordenó el pago 'para evitar un enriquecimiento ilícito'.

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