El nuevo trazado del trasvase del Ebro usará 432 kilómetros de tuberías ya existentes

Matas nombra director de la sociedad encargada de las obras a un ex director del hospital de Mallorca

El nuevo proyecto de trazado del trasvase del Ebro al litoral del arco mediterráneo aprovechará 432 kilómetros de conducciones existentes y corredores reservados para canales en los distintos planes hidrológicos. El Ministerio de Medio Ambiente reduce de 1.063 a 912 kilómetros la longitud del proyecto y minimiza el impacto ambiental del trazado original: ahora afecta a cuatro espacios protegidos frente a los 18 del anterior, incluidos todos ellos en la Red Natural 2000 de la UE. El coste de las obras se mantiene en 4.200 millones de euros, según el ministro Jaume Matas, porque se construirán...

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El nuevo proyecto de trazado del trasvase del Ebro al litoral del arco mediterráneo aprovechará 432 kilómetros de conducciones existentes y corredores reservados para canales en los distintos planes hidrológicos. El Ministerio de Medio Ambiente reduce de 1.063 a 912 kilómetros la longitud del proyecto y minimiza el impacto ambiental del trazado original: ahora afecta a cuatro espacios protegidos frente a los 18 del anterior, incluidos todos ellos en la Red Natural 2000 de la UE. El coste de las obras se mantiene en 4.200 millones de euros, según el ministro Jaume Matas, porque se construirán más túneles.

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Arropado por los presidentes de todas las confederaciones hidrográficas y consejeros de las autonomías afectadas por el trasvase, el ministro Matas presentó ayer con tres meses de retraso el nuevo trazado del trasvase del Ebro. Estaba prevista su presentación para diciembre del año pasado.

La reducción de la escala del proyecto a 1/10.000 ofrece una imagen más nítida del trazado y su impacto en los espacios protegidos, que han aumentado en superficie desde que se iniciaron los primeros borradores del trazado.

Para minimizar su impacto y anticiparse a las objeciones de la Unión Europea, el ministerio ha optado por construir túneles en los espacios naturales más significados, ampliar conducciones en uso como el tramo Xerta-La Sènia o el minitrasvase a Tarragona y tender tuberías en paralelo a las autovías, como en el tramo Cuevas de Almanzora-Almería.

El secretario de Estado de Aguas y Costas, Pascual Fernández y Francisco Cabezas, coordinador del Plan Hidrológico Nacional, recalcaron mucho estos aspectos porque saben que han sido los más criticados por los ecologistas y el PSOE.

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En la documentación hecha pública ayer, el ministerio deja sin definir dónde se efectuará la toma para el trasvase hacia el sur. La del norte está clara. Inicialmente se utilizará el minitrasvase desde el canal de la margen derecha del Delta hasta Tarragona con una prolongación de nueva obra hasta Abrera, centro de distribución del agua al área metropolitana de Barcelona. Más adelante se verá si es necesario ampliar la capacidad del minitrasvase para trasegar los 190 hectómetros cúbicos que el Plan Hidrológico asigna a Cataluña.

La toma hacia el sur, la más voluminosa (860 hectómetros cúbicos) presenta dos alternativas abiertas. Una desde el azud de Xerta, de donde parte el canal de la margen derecha del Delta del Ebro y otra desde aguas abajo de Tortosa. Según Matas, la elección dependerá de la decisión que adopte el Consorcio del Delta, el organismo creado para diseñar y ejecutar un plan que frene el deterioro de este territorio, afectado por intrusión marina.

También se queda sin cerrar el enlace del trasvase con el Segura, aunque Cabezas sugirió que lo más razonable es llegar al embalse de Ojós, donde las aguas se mezclarán con las que llegan del trasvase del Tajo. Desde Ojós se aprovechará toda la red tendida por este trasvase que se extiende por el sur de la provincia de Alicante y la región de Murcia.

Entre medias el ministerio ha zanjado una polémica suscitada entre los usuarios valencianos que no estaban dispuestos a que las aguas del Júcar -limpias y no contaminadas- se vieran mezcladas con las del Ebro. En el proyecto inicial se pensaba utilizar Tous como embalse regulador para el tramo intermedio del trasvase, pero ante las críticas de la oposición y los ecologistas valencianos el trasvase circulará aguas abajo de esta presa, aunque lo suficientemente cerca como para poder verter en ella agua del Ebro en caso de necesidad.

Nombramiento

Estas modificaciones ni afectan al coste final del proyecto ni al balance energético entre el coste de bombear el agua del Ebro a 900 metros de altitud y la energía producida por el aprovechamiento de las caídas de las conducciones, según el ministerio, que confía en que un 30% del coste de las obras se pagará con fondos europeos.

El ministro mantiene el año 2008 como punto final de las obras, pero se negó a ofrecer un calendario. Desde ayer toda la gestión del trasvase ha pasado a depender de la sociedad Infraestructuras del Trasvase, SA (Intrasa) cuya dirección se ha encomendado a Sergio Beltrán, ex director de la empresa autonómica de salud de Baleares y del hospital Son Dureta de Palma de Mallorca, ciudad de donde procede el ministro.

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