A Xiang no le gustan los 'bocatas'

Nada de los clásicos bocatas, que son la delicia para muchos niños españoles. Ésta es la diferencia más notable entre Xiang Jie y sus compañeros de sexto de primaria del colegio Luis Braille de Málaga. Por lo demás, la pequeña china de 11 años, con cara de saber cuatro idiomas, se pasea por la clase como Pedro por su casa. 'Yo como arroz, verdura y pollo. El pan no me gusta', dice algo tímida.

Su padre, Xiang Li Hua, y su madre, Lizhen Ye, trabajan en un restaurante de comida china. Xiang no tiene hermanos, pero cuenta con una auténtica legión de primos. Su madre fue la primera e...

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Nada de los clásicos bocatas, que son la delicia para muchos niños españoles. Ésta es la diferencia más notable entre Xiang Jie y sus compañeros de sexto de primaria del colegio Luis Braille de Málaga. Por lo demás, la pequeña china de 11 años, con cara de saber cuatro idiomas, se pasea por la clase como Pedro por su casa. 'Yo como arroz, verdura y pollo. El pan no me gusta', dice algo tímida.

Su padre, Xiang Li Hua, y su madre, Lizhen Ye, trabajan en un restaurante de comida china. Xiang no tiene hermanos, pero cuenta con una auténtica legión de primos. Su madre fue la primera en venir a España. Tras ella lo hicieron el padre y la hija, que ya es una más en el barrio. Ha encontrado en su profesor, Andrés Márquez, un auténtico guía con el que se compenetra con una sola mirada. También le han sido de gran ayuda las clases extra de audición y lenguaje.

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Carmen, sentada dos filas más allá, dice que es buena compañera, pero que a veces pega. 'Yo sola no soy', replica irritada Xiang, que cuando quiere habla muy bien español. 'Son las típicas riñas entre los alumnos. No tiene nada que ver su procedencia porque es una más', certifica Márquez.

El profesor alberga un sabor agridulce porque se siente fascinado y a la vez impotente ante su extraña aprendiz. Él es un maestro curtido, pero se lamenta por no estar lo suficientemente preparado para atender a Xiang igual que a los demás. Recuerda cómo tuvo que enseñarle las divisiones: 'Las hacía mediante un sistema que desconocía', comenta. Aún así, Márquez sólo tiene palabras de elogio para su discípula. 'Es cariñosa, generosa y trabajadora', explica.

Todos coinciden en el alto coeficiente intelectual de Xiang, muy hábil en Matemáticas y Lengua. Sus conocimientos le valieron para hacer de intérprete ayer, cuando un compatriota solicitó información para escolarizar a su hijo en el colegio Luis Braille. Aunque la pequeña hizo lo que pudo para que su paisano se quedase, este año no quedan plazas.

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