Bush ordena instalar sensores antirradiactivos en las fronteras
Los máximos responsables de la seguridad en EE UU han precipitado la instalación en Washington de cientos de sensores sofisticados que detectan la existencia de material radiactivo. Los aparatos se están colocando en puestos fronterizos, en edificios, en lugares de gran concentración de personas (como los Juegos de Invierno en Salt Lake City) y en instalaciones en el extranjero, según The Washington Post. Aunque el sistema puede llegar a permitir la detección de una persona o un vehículo cargado con una bomba nuclear, ni la tecnología está libre de error ni el Gobierno ha decidido cómo ...
Los máximos responsables de la seguridad en EE UU han precipitado la instalación en Washington de cientos de sensores sofisticados que detectan la existencia de material radiactivo. Los aparatos se están colocando en puestos fronterizos, en edificios, en lugares de gran concentración de personas (como los Juegos de Invierno en Salt Lake City) y en instalaciones en el extranjero, según The Washington Post. Aunque el sistema puede llegar a permitir la detección de una persona o un vehículo cargado con una bomba nuclear, ni la tecnología está libre de error ni el Gobierno ha decidido cómo actuar en ese escenario hipotético.
En todo caso, la decisión confirma el marco de alarma permanente en el que se mueve el Gobierno de George Bush, que ha dado la orden de impulsar el desarrollo de tecnologías de detección nuclear. Al mismo tiempo, Bush ha ordenado a la Delta Force -los comandos de élite de mayor nivel- que permanezca en alerta continua para neutralizar el material nuclear que los sensores puedan detectar. Aun así, no existe una directiva clara de comportamiento; hay muchas dudas sobre cómo deben operar para hacerse con el material sin provocar su detonación por el teórico enemigo.
Por otra parte, Washington estudia la creación de un banco de datos con las huellas de ADN de terroristas sospechosos, que comenzaría con la toma de muestras de sangre a los detenidos talibanes y de Al Qaeda en Guantánamo y Afganistán, informa Rosa Townsend.
El FBI ha propuesto la medida a raíz de las dificultades que viene confrontando durante los interrogatorios de los presos para averiguar su identidad. Muchos intentan confundir a sus captores dándoles varios nombres y nacionalidades. Hasta ahora, los agentes se han servido de fotos y huellas para contrastar la información con los supuestos países de origen, pero el método ha tenido un éxito muy limitado.