Tribuna:A DEBATE

Sólo son cinco minutos

La empresa municipal de aparcamientos, SMASSA, ha anunciado que sus clientes podrán pagar la estancia en el aparcamiento por fracciones de cinco minutos, tal como sucede en los parquímetros de la calle. Lo que se produce en la práctica es un abaratamiento claro del precio de aparcar, ya que la fracción será siempre inferior a la hora completa. Un portavoz del Ayuntamiento ha explicado que con esta medida se pretende que los conductores no dejen su coche en doble fila y lo lleven a un aparcamiento. 'Agente, son sólo 10 minutos'. Y el agente debería responder: 'Pues diez minutos en el aparcamien...

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La empresa municipal de aparcamientos, SMASSA, ha anunciado que sus clientes podrán pagar la estancia en el aparcamiento por fracciones de cinco minutos, tal como sucede en los parquímetros de la calle. Lo que se produce en la práctica es un abaratamiento claro del precio de aparcar, ya que la fracción será siempre inferior a la hora completa. Un portavoz del Ayuntamiento ha explicado que con esta medida se pretende que los conductores no dejen su coche en doble fila y lo lleven a un aparcamiento. 'Agente, son sólo 10 minutos'. Y el agente debería responder: 'Pues diez minutos en el aparcamiento de SMASSA le costará sólo 0,25 euros'. Naturalmente, nadie va a hacer caso, excepto que el agente esté presente, porque dejar el coche en el aparcamiento sólo por 10 minutos, entre localizar éste, entrar el coche, salir y volver a entrar caminando, y por último volverlo a sacar, supone en realidad una media hora. Además, hay miles de plazas de aparcamiento en doble fila. Por el contrario, sólo hay 30 aparcamientos de SMASSA. Un aparcamiento nunca logrará suplir la función del estacionamiento en la calle a través de parquímetros.

¿Cómo va a repercutir entonces esta medida en la movilidad en coche? Incrementándola, porque aparcar resultará más económico. Mientras toda Europa encarece los aparcamientos de rotación, a modo de peaje urbano encubierto, en Barcelona lo abaratamos. En Londres, en Picadilly Circus, una hora de aparcamiento cuesta 14.5 euros. Aquí, sólo 1,6. En realidad detrás de esta medida hay un intento de ganar cuota de mercado ante las empresas privadas de aparcamiento. Se trata de una medida de política comercial. Mientras que la política municipal de creación de aparcamientos de residentes a partir de la iniciativa pública ha sido clara y muy correcta, el impulso en la construcción de aparcamientos de rotación ha sido un error. Y es que en Barcelona ya iría siendo hora de revisar algunas ideas caducas. Una de ellas es la necesidad de seguir promoviendo el uso el coche en el centro. Esta práctica se contradice con el empeño consistorial de impulsar el transporte público.

Pau Noy Serrano de Llari es presidente de la Asociación para la Promoción del Transporte Público.

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