Columna

Agur

Los jueces del País Vasco huyen por docenas, y dentro de poco la actividad judicial se habrá paralizado. El PNV convoca plazas de ertzaina y nadie quiere cubrirlas. La mitad de la población está amenazada de muerte. Los concejales, incluido algún separatista de EA, dimiten aterrados. Doscientos mil vascos, una décima parte de la población, ya se ha exilado. ¿Es realmente ETA la única causa de tanta barbarie? Si así fuera, sería la banda más poderosa del mundo. El IRA nunca tuvo tanta influencia en Irlanda. ¿Es sólo culpa de ETA que la vida en el País Vasco sea imposible para media pobla...

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Los jueces del País Vasco huyen por docenas, y dentro de poco la actividad judicial se habrá paralizado. El PNV convoca plazas de ertzaina y nadie quiere cubrirlas. La mitad de la población está amenazada de muerte. Los concejales, incluido algún separatista de EA, dimiten aterrados. Doscientos mil vascos, una décima parte de la población, ya se ha exilado. ¿Es realmente ETA la única causa de tanta barbarie? Si así fuera, sería la banda más poderosa del mundo. El IRA nunca tuvo tanta influencia en Irlanda. ¿Es sólo culpa de ETA que la vida en el País Vasco sea imposible para media población? Si así fuera, tendría más control sobre los vascos que las FARC sobre los colombianos. Constatada la inepcia del PNV para garantizar la vida de sus contribuyentes, ¿sólo queda esperar a que ETA liquide también al PNV y se adueñe de todo, que es a lo que aspira? ¿Eso es 'dialogar'?

En un artículo de Applebaum sobre los campos de concentración aparece una definición simple y clara de régimen totalitario: aquel que impone un modelo social ideal y luego procede a destruir todo lo que no coincide con el modelo. A diferencia, claro está, del régimen democrático, el cual se esfuerza por representar a la diversa población real. La actual dirección del PNV ha diseñado una Euskadi feliz según el sueño ultraderechista de Sabino Arana y se dedica a cercenar lo que no coincide con el cromo. Los partidos totalitarios, como los comunistas, tienen derecho a existir, pero no suelen obtener apoyo de los partidos democráticos. Por eso es tan extravagante el entusiasmo de la cúpula socialista catalana por el PNV o la decapitación de Redondo por haberse enfrentado a Arzalluz con razones rigurosas y sin mirar el bolsillo. ¿Qué les pasa a los socialistas?

El PNV, como la Iglesia católica, es todo lo totalitario que le permiten las circunstancias. Lo será mucho más cuando se quede a solas, frente a frente, con ETA. O sea, cuando a los ya exilados se les añada otro medio millón. Y ése es el proyecto de la dirección actual del PNV: que se vayan todos los que no caben en el cromo y les dejen a ellos solos. ¿Quieren los socialistas entrar en el cromo? Agur, Nicolás.

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