LAS SECUELAS DEL TEMPORAL

Un témpano de hielo

Toda una manzana de la Travessera de les Corts, del número 174 al 196, era ayer un témpano de hielo en el centro de Barcelona. Más de 200 familias que residen entre la Gran Via de Carles III y la calle de Lluçà soportaron una de las noches más frías del año sin luz y, por tanto, sin calefacción ni agua caliente. El viernes a las 18.30 horas, en medio de la fuerte nevada, desapareció el fluido electrico. Y quedó cortado al menos 20 horas para dejar esta isla de oscuridad en el inusitado paisaje blanquecino que presentaba la ciudad.

José Bardonau y su familia, del número 186, decidieron...

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Toda una manzana de la Travessera de les Corts, del número 174 al 196, era ayer un témpano de hielo en el centro de Barcelona. Más de 200 familias que residen entre la Gran Via de Carles III y la calle de Lluçà soportaron una de las noches más frías del año sin luz y, por tanto, sin calefacción ni agua caliente. El viernes a las 18.30 horas, en medio de la fuerte nevada, desapareció el fluido electrico. Y quedó cortado al menos 20 horas para dejar esta isla de oscuridad en el inusitado paisaje blanquecino que presentaba la ciudad.

José Bardonau y su familia, del número 186, decidieron ayer trasladarse a casa de uno de sus hijos porque el frío era casi insoportable. Los gruesos muros grisáceos de la fachada del inmueble no frenaban la entrada del frío y los termómetros en el interior de la casa marcaban alrededor de 13 grados. Lo peor, para todos los vecinos, era no tener un respuesta de Fecsa-Endesa sobre cuándo se restablecería el servicio. 'El sábado de madrugada llamé por teléfono y después de una hora escuchando música me atendió una operadora que estaba en Málaga y me decía que no tenía ni siquiera notificación de la avería', protestaba una vecina que vive en la décima planta.

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Un padre cuya hija es minusválida se sentía impotente porque ésta no podía salir a la calle ya que no funcionaban los ascensores. Ramon Domènech, que había decidido salir a la calle 'para tomar algo de sol' y así calentarse, explicaba que todo los alimentos que tenía en el congelador se le habían echado a perder. 'Nos tenemos que calentar a bofetadas', bromeaba José, que insistía en los constantes cortes de luz que tienen que sufrir en el edificio.

Grupo electrógeno

Las mantas fueron el refugio para soportar una noche alumbrada por las velas y con la compañía de los viejos transistores rescatados de algún cajón. 'Esto es verdaderamente deprimente. Los políticos se vanaglorian en la radio diciendo que todo está solucionado y Fecsa-Endesa no informa de lo que pasa aquí. La única solución es que nos neguemos a pagar el próximo recibo', llegó a decir uno de los vecinos.

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Ayer a mediodía, después de 20 horas sin luz, llegaron los operarios de una empresa subcontratada por Fecsa-Endesa para conectar un grupo electrógeno y solucionar momentáneamente el problema. Lo que no sabían estos electricistas, que ya habían realizado tres instalaciones como ésa a lo largo de la mañana, era que también estaban contratados para soportar las quejas de los vecinos, que no paraban de ir al garaje para saber cuándo tendrían otra vez luz.

Mientras, los comercios de la manzana habían decidido no abrir sus puertas, como el restaurante Casa Begoña. Así que los vecinos que no podían cocinar decidieron ir a buscar otro restaurante para almorzar con las caras enrojecidas y el frío metido en los huesos.

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