Ruiz Gallardón reconoce que Madrid tiene ventaja sobre Barcelona por la capitalidad

El área metropolitana de Barcelona está en desventaja respecto a la de Madrid: recibe menos inversiones en algunas infraestructuras, como la red ferroviaria de cercanías y además no tiene el beneficio que supone ser la capital del Estado. Pero el dinamismo de la comunidad de Madrid se debe a sus propios méritos, sobretodo por haber sabido invertir en infraestructuras ferroviarias. Así lo defendió ayer el presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, que participó en un debate sobre el Plan Estratégico de Barcelona junto con el alcalde, Joan Clos.

No es nada frecuente que...

El área metropolitana de Barcelona está en desventaja respecto a la de Madrid: recibe menos inversiones en algunas infraestructuras, como la red ferroviaria de cercanías y además no tiene el beneficio que supone ser la capital del Estado. Pero el dinamismo de la comunidad de Madrid se debe a sus propios méritos, sobretodo por haber sabido invertir en infraestructuras ferroviarias. Así lo defendió ayer el presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, que participó en un debate sobre el Plan Estratégico de Barcelona junto con el alcalde, Joan Clos.

No es nada frecuente que un cargo público del Partido Popular -sea del Gobierno central o de otras administraciones- admita que Barcelona y Cataluña se están quedando rezagadas respecto a Madrid a la hora de recibir determinadas inversiones públicas. El pasado miércoles, por ejemplo, el ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, negó que Cataluña esté siendo discriminada. Sin embargo, ayer Ruiz Gallardón reconoció que Barcelona no está en igualdad de condiciones respecto a Madrid. Para empezar, Madrid cuenta con la 'ventaja' de ser la capital. Pero el éxito de Madrid se debe a su propio dinamismo y al hecho de haber sido capaces de crear espacios competitivos. 'Nosotros hemos hecho más carreteras -la M30, la M40, la M45- porque buscamos fórmulas para pagarlas , no porque la Administración central las construya', explicó Ruiz Gallardón. Lo mismo pasa con el metro, una verdadera apuesta estratégica que, además, ha resuelto la movilidad de cinco millones de habitantes. 'Construimos 56 kilómetros de metro en la primera legislatura y ahora hacemos 54 más', afirmó, y a renglón seguido dejó claro que si el metro de Barcelona no crece lo deseado es porque el Gobierno catalán no lo ha entendido como una prioridad. 'Bueno, las cosas ahora están cambiando', terció Clos al respecto.

'No se puede decir que el Estado invierta poco en Cataluña, aunque tengo que reconocer que en la red de cercanías Barcelona ha sufrido una subinversión', reconoció Ruiz Gallardón. El presidente de la Comunidad de Madrid no quiso entrar en el debate sobre la comparación del aeropuerto de Barajas con el de El Prat, pero no pudo evitar sonreír -al igual que el resto del público que asistió al debate- ante la evidencia. Clos sí lo hizo: 'Es muy sencillo. Barcelona tiene un vuelo intercontinental en verano y en invierno ninguno. Madrid tiene unos 60. Eso refleja cuál es la política aeroportuaria del Estado y, con ella, la concepción del modelo de desarrollo. Nosotros apostamos por dos aeropuertos potentes en igualdad de condiciones, como Milán y Roma'. El presidente de la Comunidad de Madrid dijo no querer ahondar en la polémica sobre la comparación entre Barcelona y Madrid, pero sí compartió el análisis que se hace en Cataluña según el cual una minusvaloración de la inversión en infraestructuras en Cataluña repercutiría negativamente en el conjunto de España: 'Estoy completamente de acuerdo en eso. Madrid y Barcelona son los dos motores principales de la economía española y no es bueno el desequilibrio entre ellas'.

En el debate participaron representantes de otras ciudades europeas -Múnich, Milán, Nápoles y Estocolmo-, quienes pusieron de manifiesto la disparidad de los planes estratégicos. Mientras que para Nápoles es prioritario combatir el 20% de paro -que se eleva al 60% entre la población juvenil-y la criminalidad, Estolcolmo hace hincapié en el desarrollo de su ya potente sector económico de las nuevas tecnologías.