Un modelo psiquiátrico que no acaba de arrancar

El Informe de la comisión ministerial elaborado en el año 1985 para aplicar la reforma psiquiátrica en España es el punto de partida oficial de la puesta en marcha de un nuevo modelo sanitario y asistencial que, 16 años más tarde, no acaba de arrancar en la Comunidad. Hasta pocos años antes, el grueso de la asistencia a la salud mental estaba centralizado en los grandes hospitales psiquiátricos, los denominados manicomios. Entre el centro de Jesús, Bétera, la Santa Faz y el provincial de Castellón, existían unos 2.500 enfermos ingresados. Esta solución, basada en el aislamiento social de los p...

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El Informe de la comisión ministerial elaborado en el año 1985 para aplicar la reforma psiquiátrica en España es el punto de partida oficial de la puesta en marcha de un nuevo modelo sanitario y asistencial que, 16 años más tarde, no acaba de arrancar en la Comunidad. Hasta pocos años antes, el grueso de la asistencia a la salud mental estaba centralizado en los grandes hospitales psiquiátricos, los denominados manicomios. Entre el centro de Jesús, Bétera, la Santa Faz y el provincial de Castellón, existían unos 2.500 enfermos ingresados. Esta solución, basada en el aislamiento social de los pacientes, sin embargo, se mostró como una salida absolutamente ineficaz, no sólo por su incapacidad de atender a la demanda de enfermos -gran parte seguía en sus casas, sin recibir asistencia-, sino porque el internamiento generaba nuevas patologías a los enfermos, especialmente a los más pasivos.

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Nuevo marco

Ante el fracaso de este sistema, la red pública apostó por un nuevo marco, el llamado modelo comunitario. El nombre responde a la idea de desplazar el núcleo de la atención del hospital a la comunidad. El tratamiento próximo al paciente, la diversidad de servicios -sanitarios y sociales- la garantía en la continuidad de los cuidados, la atención a la prevención y la evaluación de los programas eran algunas de las directrices que guiaban esta nueva fórmula de abordar los problemas mentales.

Ésta es la filosofía que inspiró la Ley General de Sanidad, el Plan de Salud Mental elaborado en 1991, así como los decretos del Consell de 1996 y 1998. Sin embargo, la teoría choca con la práctica, según denuncian los psiquiatras autores del estudio, y la vertiente hospitalaria sigue siendo la hegemónica.

Respecto a las plantillas de profesionales, en las tres provincias valencianas casi hay el mismo número de trabajadores que en los hospitales psiquiátricos (651) que fuera de los centros (641). En lo que se refiere a enfermeras -'esenciales desde la perspectiva de la atención comunitaria'- las que trabajan en hospitales (134) casi duplican a las que trabajan fuera (75). Además, entre los planes del Consell está previsto crear unidades de larga estancia, una medida que supondrá potenciar los cuidados hospitalarios, frente a los que tienen lugar en la comunidad.

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A todo ello, los autores inciden en la importancia que tiene la rehabilitación de estos enfermos, una atención recientemente transferida de Sanidad a Bienestar Social. Los especialistas temen que este cambio haga peligrar que una prestación básica, como es la rehabilitación pase, de ser un servicio universal a una ayuda graciable.

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