Pakistán cierra un consulado talibán en su guerra contra la propaganda de Kabul

Pakistán anunció ayer el cierre del consulado talibán en Karachi. La medida, que sigue a la advertencia hecha a su embajador el martes, constituye un nuevo gesto en la guerra diplomática y propagandística que está en marcha. Queda por ver si también va a ser el primer paso de las autoridades paquistaníes contra las redes de espionaje de los talibanes en este país. 'Es evidente que EE UU está preocupado por la guerra mediática y presiona todo lo que puede para acallar a los talibanes', declara a este diario el analista paquistaní Ahmed Rashid.

'La pregunta', añade Rashid, 'es si Pakistán...

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Pakistán anunció ayer el cierre del consulado talibán en Karachi. La medida, que sigue a la advertencia hecha a su embajador el martes, constituye un nuevo gesto en la guerra diplomática y propagandística que está en marcha. Queda por ver si también va a ser el primer paso de las autoridades paquistaníes contra las redes de espionaje de los talibanes en este país. 'Es evidente que EE UU está preocupado por la guerra mediática y presiona todo lo que puede para acallar a los talibanes', declara a este diario el analista paquistaní Ahmed Rashid.

'La pregunta', añade Rashid, 'es si Pakistán va a acabar también con los servicios de espionaje del régimen talibán que operan en Karachi, Quetta y Peshawar'.

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Esas redes de informadores están dirigidas desde su embajada en Islamabad y los consulados en las mencionadas ciudades y, según distintas fuentes consultadas, han seguido funcionando prácticamente inalteradas hasta ahora. 'Es imposible que surja movimiento antitalibán alguno entre los exiliados cuando los agentes de ese régimen siguen aterrorizando a la comunidad afgana en Pakistán', apunta Rashid. 'Hemos pedido a la Embajada afgana que llame a su personal en el consulado de Karachi', informó Aziz Ahmad Khan, portavoz del Ministerio de Exteriores paquistaní. Ahmad Khan, que fue embajador en Kabul entre 1996 y junio de 2000, no quiso entrar en las razones que habían motivado la decisión de su Gobierno, pero precisó que los afectados 'tienen que regresar a Afganistán con efecto inmediato'.

Ventaja diplomática

De momento, el propio presidente paquistaní, Pervez Musharraf, dijo ayer que su Gobierno 'no tiene intención de romper relaciones diplomáticas' con el régimen talibán porque considera que constituyen una 'ventana diplomática útil'. Sin embargo, Musharraf también ha reconocido que la coalición internacional está perdiendo la 'guerra de las mentes', ya que según declaró en París 'la campaña militar se está percibiendo en el mundo como una guerra contra los pobres e inocentes en Afganistán'.

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El embajador talibán en Islamabad, Abdul Salam Zaif, no ha vuelto a comparecer ante los informadores desde que el martes las autoridades paquistaníes le advirtieran contra el uso de la misión diplomática 'para atacar a terceros países'. Aunque Pakistán insiste en que no ha prohibido las conferencias de prensa, Zaif se ha mostrado inusualmente discreto. El cierre del consulado puede ser sólo la primera de una serie de medidas con las que se le intenta acallar.

En una cena con los directores de los principales periódicos paquistaníes el miércoles por la noche, el portavoz más visible de los talibanes se quejó de que las mismas reglas que se le han aplicado a él no se hayan hecho extensivas a EE UU. Zaif mostró un comunicado difundido por el consulado norteamericano en Peshawar cuyo lenguaje calificó de 'indecente'.

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