GUERRA CONTRA EL TERRORISMO

Estados Unidos evita ayudar militarmente a la Alianza del Norte para no enfrentarse a Pakistán

La estrategia militar de EE UU evita ayudar abiertamente a la Alianza del Norte porque Pakistán amenaza con cerrar su espacio aéreo si las operaciones se diseñan con el objetivo de facilitar el acceso de la oposición afgana al poder. Pakistán desea garantías de que un cambio de gobierno en Kabul favorecería su relación con ese país, algo que no parece seguro si es la Alianza del Norte la que asume el poder.

Según The New York Times, varios destacamentos de la opositora Alianza del Norte que esperaban avanzar posiciones frente al Ejército talibán con ayuda de los bombardeos estado...

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La estrategia militar de EE UU evita ayudar abiertamente a la Alianza del Norte porque Pakistán amenaza con cerrar su espacio aéreo si las operaciones se diseñan con el objetivo de facilitar el acceso de la oposición afgana al poder. Pakistán desea garantías de que un cambio de gobierno en Kabul favorecería su relación con ese país, algo que no parece seguro si es la Alianza del Norte la que asume el poder.

Según The New York Times, varios destacamentos de la opositora Alianza del Norte que esperaban avanzar posiciones frente al Ejército talibán con ayuda de los bombardeos estadounidenses se encuentran, por el contrario, en la misma situación en la que estaban hace una semana.

El miércoles pasado, el presidente paquistaní, Pervez Musharraf, citó en su residencia a la embajadora de EE UU en Islamabad, Wendy Chamberlin. En el encuentro, al que asistió el responsable de los servicios de inteligencia de Pakistán, se habló de cómo lograr que las tribus de etnia pastún (que representa un 40% de la población afgana) se impliquen en un relevo de poder. La Alianza del Norte apenas tiene seguidores o dirigentes pastunes.

Para eso hace falta tiempo. Si EE UU bombardea abiertamente posiciones talibanes, sus aviones se convierten en la fuerza aérea de la Alianza del Norte y provocarían, quizá con cierta rapidez, un cambio de poder. Las exigencias del Gobierno paquistaní dejan a EE UU en una posición difícil: el Pentágono podría erosionar aún más al Ejército talibán pero perdería el preciado uso del espacio aéreo en el país vecino.

Algunos analistas del Pentágono citados por el diario aseguran que una acción más intensa de EE UU tampoco se traduciría en una victoria inmediata para la Alianza del Norte; sus fuerzas apenas cuentan con 15.000 hombres, frente a los 40.000 de los talibanes.

Pakistán quiere que el nuevo Gobierno de Afganistán -si llega ese relevo- sea tan amistoso con ellos como lo ha sido el régimen talibán. La solución puede pasar por el regreso del rey en el exilio.

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