Nuevas voces del Cantábrico

No es ésta una de aquellas muchas antologías que proliferaron en los años ochenta al calor del recién estrenado Estado de las autonomías y cuyas mayores virtudes estaban más del lado de lo regional que de lo poético. Más allá de la geografía, esta Fruta del tiempo es una buena muestra de buena poesía. Cierto es que, como toda antología, también ésta es heterogénea y desigual, pero, también como toda antología, no deja de llamar la atención sobre la obra de poetas como Pablo Antón Marín Estrada, Antón García, Berta Piñán y, sobre todo, Xuan Bello, que dice: 'Yo, que ya no creo en lo que ...

No es ésta una de aquellas muchas antologías que proliferaron en los años ochenta al calor del recién estrenado Estado de las autonomías y cuyas mayores virtudes estaban más del lado de lo regional que de lo poético. Más allá de la geografía, esta Fruta del tiempo es una buena muestra de buena poesía. Cierto es que, como toda antología, también ésta es heterogénea y desigual, pero, también como toda antología, no deja de llamar la atención sobre la obra de poetas como Pablo Antón Marín Estrada, Antón García, Berta Piñán y, sobre todo, Xuan Bello, que dice: 'Yo, que ya no creo en lo que escribo, / que miento cuando digo el matiz, / de lo que importa / ... / declaro / que tienen razón las cosas que escapan'.