Sanidad implanta la tarjeta sanitaria para comprar fármacos sin darla a todos los usuarios

La Generalitat dice que ha repartido 6 millones de documentos, pero admite fallos de distribución

Las farmacias catalanas vivieron ayer una jornada conflictiva por la entrada en vigor de la norma que obliga a presentar la Tarjeta Sanitaria Individual (TSI) para conseguir los medicamentos financiados por la Seguridad Social. Para muchos ciudadanos, comprar estos fármacos fue un engorro, ya que no habían recibido la tarjeta que les identifica como usuarios del Servicio Catalán de la Salud. Responsables del Departamento de Sanidad aseguraron que se han repartido más de seis millones de tarjetas, pero admitieron que 'un pequeño porcentaje de población' puede no haberla recibido.

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Las farmacias catalanas vivieron ayer una jornada conflictiva por la entrada en vigor de la norma que obliga a presentar la Tarjeta Sanitaria Individual (TSI) para conseguir los medicamentos financiados por la Seguridad Social. Para muchos ciudadanos, comprar estos fármacos fue un engorro, ya que no habían recibido la tarjeta que les identifica como usuarios del Servicio Catalán de la Salud. Responsables del Departamento de Sanidad aseguraron que se han repartido más de seis millones de tarjetas, pero admitieron que 'un pequeño porcentaje de población' puede no haberla recibido.

La TSI es un documento en forma de tarjeta que todos los ciudadanos deberían haber recibido en su domicilio antes del pasado mes de marzo, cuando este documento comenzó a utilizarse en los hospitales y centros de atención primaria. Desde ayer, su presentación también es imprescindible para hacerse con los medicamentos con cargo a la Seguridad Social, por lo que ya lo exigen en todas las farmacias al despachar fármacos con receta.

Sin embargo, varios responsables de farmacias y el mismo presidente del Colegio de Farmacéuticos, Joan Duran, afirmaron ayer que 'muchas personas siguen sin tenerla'. Esto ya originó ayer los primeros problemas en muchas farmacias, cuyos responsables se enfrentaron con el conflicto de no poder despachar un fármaco porque no tenían la tarjeta del cliente. 'Si lo vendo sin pedir la tarjeta tendré que pagarlo yo', se quejaba un responsable de la farmacia Valls de Barcelona.

El Departamento de Sanidad afirma que en Cataluña se han distribuido 6,3 millones de tarjetas nominales, número superior al censo de habitantes. Además, otro millón de tarjetas se han repartido en los centros de asistencia primaria para ser entregadas a quienes las soliciten.

El jefe de la división de Atención Farmacéutica y Prestaciones Complementarias del Servicio Catalán de la Salud, Antoni Gilabert, defendió ayer la forma como se han repartido las tarjetas, aunque admitió algunos fallos. 'En general la operación ha funcionado bien, pero se han recibido bastantes llamadas de personas que no tienen tarjeta'. Gilabert explicó que estas personas son mayoritariamente usuarios poco habituales de los servicios sanitarios. Aunque el Servicio Catalán de la Salud defiende que prácticamente todos los usuarios ya tenían su tarjeta el pasado verano, 57.699 personas han tenido que tramitar la tarjeta provisional durante el pasado mes, la mayor parte de ellas en las últimas dos semanas.

Los farmacéuticos lamentaron ayer los problemas de distribución de la tarjeta. Joan Duran afirmó: 'El sector farmacéutico se ha adaptado correctamente al cambio de sistema, pero no podemos responsabilizarnos de los problemas de distribución'. De hecho, el sector ha invertido unos 3.000 millones de pesetas para adaptar las farmacias al sistema de identificación de los clientes con la tarjeta sanitaria. Además de incorporar nuevos programas informáticos y escáneres para leer las tarjetas, las farmacias han tenido que cambiar parte de su sistema de trabajo para que el cliente se acostumbre a llevar consigo el nuevo documento.

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Más controles

El Colegio de Farmacéuticos considera que la implantación de este sistema permitirá tener un mayor control sobre la prescripción de fármacos. Al quedar registradas todas las operaciones en un sistema informático, también se podrá evitar que los médicos receten por error medicamentos incompatibles entre sí. Hasta finales del año próximo la información que se obtenga al adquirir un medicamento quedará registrada en un archivo del Departamento de Sanidad, pero después se pretende que los datos sean accesibles desde las farmacias para detectar si un paciente pide un fármaco que no le corresponde. Este registro será especialmente complicado, ya que cada mes se despachan en las farmacias catalanas unos siete millones de recetas.

Los farmacéuticos aconsejaban ayer a los clientes que no tenían la tarjeta que se dirigieran a un centro de atención primaria para conseguir una provisional. Estas tarjetas, con una vigencia de dos meses, permiten realizar las mismas gestiones que la TSI. Sin embargo, la tarjeta definitiva no siempre llega antes que caduque la provisional. Así lo aseguraron ayer varios farmacéuticos consultados por este diario. 'Tengo clientes que llevan seis meses reclamándola', afirmaba la responsable de la farmacia Carbó de Barcelona.

Para informar sobre la nueva tarjeta, el Servicio Catalán de la Salud ha puesto en servicio el teléfono 93 316 30 40.

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