Reportaje:

Inglés por signos

La Universidad de Granada imparte un curso para que los traductores dominen el lenguaje de los sordos

Dentro de poco, en Granada, los intérpretes de inglés dejarán de ser unas personas encerradas en una cabina, embutidas en sus auriculares, hablando con una pasmosa soltura, para convertirse en silenciosos gesticuladores que mueven ágilmente las manos y no pronuncian una sola palabra. Seguirán dominando perfectamente el idioma. Pero ya no lo traducirán al castellano, sino al lenguaje de los signos. Su destinatario será el colectivo de los sordos. Será un inglés por gestos.

La iniciativa ha partido de dos profesores del Departamento de Traducción e Interpretación de la Universidad de Gran...

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Dentro de poco, en Granada, los intérpretes de inglés dejarán de ser unas personas encerradas en una cabina, embutidas en sus auriculares, hablando con una pasmosa soltura, para convertirse en silenciosos gesticuladores que mueven ágilmente las manos y no pronuncian una sola palabra. Seguirán dominando perfectamente el idioma. Pero ya no lo traducirán al castellano, sino al lenguaje de los signos. Su destinatario será el colectivo de los sordos. Será un inglés por gestos.

La iniciativa ha partido de dos profesores del Departamento de Traducción e Interpretación de la Universidad de Granada, Miguel Vega y María Isabel Abril, y es pionera en España. La idea es formar a traductores de inglés en el lenguaje de los signos para que lleven ese idioma a la comunidad de sordos.

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'Se trata de formar a personas oyentes para que sirvan de puente entre un angloparlante y un sordo', explica Vega. 'El objetivo es que los sordos puedan asistir sin problemas a conferencias o foros que se desarrollen en inglés'.

Existen muchos centros para que cualquier oyente pueda convertirse en intérprete de signos, pero todos son en castellano. 'Nosotros los que pretendemos es que se capacite a los traductores para que puedan comunicar lo que se dice en inglés a una persona sorda', añade Vega. 'Es un paso más allá de la pura interpretación'.

El curso, denominado Experto Universitario en Interpretación de la Lengua de Signos Española (Español-Inglés) se impartirá del 15 de octubre de este año hasta el 31 de julio del 2002. Serán 770 horas destinadas a formar a un nuevo tipo de traductores.

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'Hay que tener en cuenta', señala Miguel Vega, 'que en España debe haber unos 300 intérpretes del lenguaje de signos. Y de ellos, sólo unos cinco hablarán inglés, lo que explica que la gran demanda existente. Hoy por hoy, de hecho, la proporción que existe entre intérpretes de signos y personas sordas es de 1 por cada 500'.

Granada, cuya Federación Andaluza de Asociaciones de Sordos es una de las más históricas del país 'es una ciudad perfecta para este tipo de enseñanzas', señala Vega. 'Es ideal para que se pueda intentar unir al profesorado de la Facultad de Traductores e Intérpretes con los profesionales del lenguaje de los signos'.

Los futuros traductores de inglés-lenguaje de los signos no sólo deberán conocer a la perfección el idioma de Shakespeare, sino todos los matices que se esconden en el movimiento de las manos y los gestos.

Miguel Vega y María Isabel Abril.JUAN BARRIO

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