Columna

Ruido

El asunto Gescartera ha marcado políticamente el verano español. Supuestamente, en este asunto hay un listillo que fue capaz de engañar a 2.000 clientes, nada menos, y a la mismísima Comisión Nacional del Mercado de Valores. De momento, el listillo está en la cárcel, pero hay más, no listillos, sino listos directamente, para no quitarle méritos a quienes los tienen en este asunto de influencias y corrupción de alto nivel. El Gobierno disimula, pero está más que preocupado y monta su estrategia atacando a la oposición por querer saber.

El ministro Rato, por ejemplo, acusa al PSOE de usar...

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El asunto Gescartera ha marcado políticamente el verano español. Supuestamente, en este asunto hay un listillo que fue capaz de engañar a 2.000 clientes, nada menos, y a la mismísima Comisión Nacional del Mercado de Valores. De momento, el listillo está en la cárcel, pero hay más, no listillos, sino listos directamente, para no quitarle méritos a quienes los tienen en este asunto de influencias y corrupción de alto nivel. El Gobierno disimula, pero está más que preocupado y monta su estrategia atacando a la oposición por querer saber.

El ministro Rato, por ejemplo, acusa al PSOE de usar Gescartera para pasar la factura del escándalo Filesa, con lo que por un lado refresca la memoria a la gente ocupándola en el recuerdo de la corrupción del PSOE, una vez más, pero por otro lado se le escapa sin quererlo una cierta afirmación de lo que nos ocupa, reconociendo que hay asunto, porque si no lo hubiera, nadie, por más facturas que tuviera pendientes, podría pasarlas.

El viernes comienza sus trabajos la comisión de investigación en el Parlamento e iremos viendo hasta dónde puede llegar y cuáles son los resultados de sus trabajos, teniendo en cuenta los precedentes de comisiones para otros asuntos. Las comisiones de investigación están muy bien como invento democrático, pero menos bien como invento práctico, porque suelen acabar en agua. En todo caso, la sola creación de una comisión para investigar un asunto que atañe al Gobierno es de por sí importante y da la medida de la gravedad del asunto que se pretende investigar. Eso lo sabe el Gobierno y por eso desde el PP andaluz se le ha querido echar una mano en este trance, exigiendo investigación en el Parlamento andaluz de la presunta trama tejida por el PSOE en el asunto de Prensa Sur; IU unió su entusiasmo y Javier Arenas sumó éste a sus otros argumentos sobre lo mal que va a quedar el PSOE cuando acaben los trabajos de Gescartera. Es la guerra del ruido, como si no estuviera claro que a la gente el ruido le importa mucho menos que las nueces. Claro que a veces un ruido hace falta para tapar otros más altos, en este caso el ruido de Gescartera, que, a la vista de lo que se va sabiendo, todavía no ha llevado a dar su tono más alto.

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