La OTAN, a la espera para intervenir
El acuerdo logrado ayer en Ohrid, cuando todo parecía indicar que Macedonia se deslizaba de forma irresistible hacia la guerra civil, pone en marcha un mecanismo que podría llevar a 3.500 soldados de la OTAN a ese país con una misión concreta y limitada en el tiempo y el espacio: desarmar a los albaneses alzados del llamado Ejército de Liberación Nacional (ELN). Los detalles concretos de este desarme se ignoran todavía.
La OTAN se ha declarado lista para intervenir, si lo aprueba el próximo jueves 16 el Consejo Atlántico, tres días después de la firma del acuerdo de paz prevista para el...
El acuerdo logrado ayer en Ohrid, cuando todo parecía indicar que Macedonia se deslizaba de forma irresistible hacia la guerra civil, pone en marcha un mecanismo que podría llevar a 3.500 soldados de la OTAN a ese país con una misión concreta y limitada en el tiempo y el espacio: desarmar a los albaneses alzados del llamado Ejército de Liberación Nacional (ELN). Los detalles concretos de este desarme se ignoran todavía.
La OTAN se ha declarado lista para intervenir, si lo aprueba el próximo jueves 16 el Consejo Atlántico, tres días después de la firma del acuerdo de paz prevista para el próximo lunes, y una vez que la guerrilla del ELN acepte, de buen grado, el desarme. Nada de por la fuerza. La OTAN se concede un margen de espera hasta comprobar que el alto el fuego se cumple de verdad.
La nueva doctrina militar de la OTAN, aplicada ya en la guerra de Kosovo, se basa en el principio de que no se toque ni un solo pelo a sus soldados y en evitar a toda costa que un solo ataúd envuelto en una bandera regrese a alguno de los países de la Alianza. La situación en Macedonia hace temer que el acuerdo logrado ayer en Ohrid tenga una corta vida.