OPINIÓN DEL LECTOR

¿Es educativo exhibir un lince en jaula de cristal?

En el recientemente inaugurado Parque Biológico de Madrid se exhiben diversas especies, paradigmas de la conservación, en pequeñas jaulas decoradas con dioramas que no recrean los hábitats naturales.

Cuando ya nadie dudaba del valor didáctico de la interacción plurisensorial, cuando se apuesta por cuidadas réplicas en resina que exhiben la belleza de los ejemplares al tiempo que subrayan el respeto por su conservación, ¿es educativo que la Comunidad de Madrid ampare una nueva casa de fieras basada en criterios tan anticuados como desacreditados? ¿Es ético? ¿Será comercial?
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En el recientemente inaugurado Parque Biológico de Madrid se exhiben diversas especies, paradigmas de la conservación, en pequeñas jaulas decoradas con dioramas que no recrean los hábitats naturales.

Cuando ya nadie dudaba del valor didáctico de la interacción plurisensorial, cuando se apuesta por cuidadas réplicas en resina que exhiben la belleza de los ejemplares al tiempo que subrayan el respeto por su conservación, ¿es educativo que la Comunidad de Madrid ampare una nueva casa de fieras basada en criterios tan anticuados como desacreditados? ¿Es ético? ¿Será comercial?

Cuando el reto científico y técnico es la reconstrucción de ecosistemas, ¿es razonable que se promueva una iniciativa en la que se muestra a los visitantes, bajo el epígrafe de bosque, una escueta plantación de pinos cuajada de gamos asustados?

Bajo el sugerente nombre de jungla se exhibe una combinación de palmeras y plantas de plástico que, en lugar de atomizadores de agua, cuenta con tuberías vistas que expelen humo artificial entre los guacamayos, a modo de efecto especial.

En el aviario, cinco grullas clavan sus miradas hacia el exterior de la malla gallinera. En el insectario, los cuidadores recogen del suelo los cadáveres de las mariposas exóticas caídas tras repiquetear contra los cristales de la única pared iluminada.

En el bosque, los gamos aterrados, sin refugio alguno, huyen desordenadamente de las buenas intenciones de los niños.

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Completa la escena el pabellón denominado biodiversidad, en el que una grabación recita palabras clave: 'Equilibrio ecológico, desarrollo sostenible...'.

¿Hasta dónde se puede ahuecar una palabra con fines publicitarios? ¿Será otro reclamo el propio objetivo del parque: 'Explorar y descubrir cómo se desarrolla la naturaleza en los distintos ecosistemas de nuestro planeta'?

Quizás este parque se ofrece desde la presunción de ignorancia, insensibilidad y falta de exigencia de los visitantes.

Los más mayores nos fuimos con la rara sensación de haber visto de nuevo al oso pardo de la madrileña Casa de Fieras del Retiro enclaustrado en su pequeña jaula frente a la junta municipal. Intento no pensar cómo será en el año 2002 el ecosistema polar de este Parque Biológico.

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