La familia Agnelli vuelve por sus fueros

La importancia de la OPA lanzada oficialmente ayer sobre Montedison excede su valor económico, con ser éste considerable. La operación, desde un punto de vista de las cifras en juego, es la cuarta de las OPA que se han llevado a cabo en los últimos años en Italia, muy por detrás de la que dejó el control de Telecom Italia en manos de Olivetti en 1999. Sin embargo, su importancia político-financiera es enorme, porque, caso de triunfar, permitirá a la familia Agnelli volver a tomar el timón de la vida financiera italiana, recuperando protagonismo a expensas de Mediobanca.

El banco de nego...

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La importancia de la OPA lanzada oficialmente ayer sobre Montedison excede su valor económico, con ser éste considerable. La operación, desde un punto de vista de las cifras en juego, es la cuarta de las OPA que se han llevado a cabo en los últimos años en Italia, muy por detrás de la que dejó el control de Telecom Italia en manos de Olivetti en 1999. Sin embargo, su importancia político-financiera es enorme, porque, caso de triunfar, permitirá a la familia Agnelli volver a tomar el timón de la vida financiera italiana, recuperando protagonismo a expensas de Mediobanca.

El banco de negocios milanés, creado en abril de 1946 para ofrecer financiación y apoyo a las empresas italianas, ha sido durante más de cincuenta años el verdadero árbitro del desarrollo del capitalismo italiano, en ocasiones algo ficticio.

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Mediobanca, privatizado en 1994, fue el trampolín que permitió a Enrico Cuccia, su presidente desde el primer día, constituirse en el gran árbitro del escenario económico italiano. Cuccia, fallecido el año pasado a los 93 años de edad, movió los hilos de las grandes fusiones entre empresas públicas y privadas y decidió a quién ayudar y a quién hundir en los largos años de reinado único de Mediobanca. Incluso los Agnelli, poderosos aliados, se vieron obligados también a aceptar la dictadura del 'patrón de patrones', que impuso en su día como presidente de Fiat a Cesare Romiti, humillando a Umberto Agnelli, el hermano menor del avvocato. Hace apenas dos años, el papel de Mediobanca fue decisivo en el éxito de la OPA de Olivetti sobre Telecom Italia, a la que se oponía la familia de Turín.

La muerte de Cuccia marcó el principio del fin de la hegemonía de Mediobanca. No es casual que en el funeral por el famoso banquero, el entonces primer ministro italiano, Giuliano Amato, recordara la 'contribución de Cuccia' a la construcción del capitalismo italiano, 'que ahora se está transformado'. O al menos, cabría añadir, está cambiando de patrón.

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