Reportaje:

'Suspenso' por enfermedad

Educación deniega una convocatoria especial a un alumno que estaba hospitalizado en la fecha de selectividad

Santiago Fraile tiene 17 años y una media de 8,52 en el Bachillerato. Pero, pese a su brillante expediente, va a tener más complicado que el resto de los aspirantes el ingreso en la carrera que desea: Ingeniería Industrial. El pasado domingo 10 de junio, un día antes de que comenzaran los exámenes de acceso a la universidad, fue ingresado en la UVI del Hospital de Montepríncipe aquejado de una miopericarditis, una inflamación del miocardio. Santiago no se pudo presentar a las pruebas y, desde entonces, su padre, José Antonio, ha intentado sin éxito que le repitan el examen en la Universidad Co...

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Santiago Fraile tiene 17 años y una media de 8,52 en el Bachillerato. Pero, pese a su brillante expediente, va a tener más complicado que el resto de los aspirantes el ingreso en la carrera que desea: Ingeniería Industrial. El pasado domingo 10 de junio, un día antes de que comenzaran los exámenes de acceso a la universidad, fue ingresado en la UVI del Hospital de Montepríncipe aquejado de una miopericarditis, una inflamación del miocardio. Santiago no se pudo presentar a las pruebas y, desde entonces, su padre, José Antonio, ha intentado sin éxito que le repitan el examen en la Universidad Complutense para que no se quede fuera de unos estudios muy selectivos que suelen cubrir al completo sus plazas con los alumnos aprobados en junio.

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'El mismo día del examen me presenté en el aula donde debía examinarse mi hijo para dar al tribunal la justificación médica que acreditaba que Santiago estaba ingresado en un centro sanitario', relata José Antonio.

Al día siguiente, el martes 12, el padre de Santiago presentó una instancia ante el vicerrectorado de alumnos solicitando una nueva convocatoria en junio, pero ya entonces le comunicaron que la ley no contempla una solución para casos como el de Santiago. 'No es posible que mi hijo tenga que terminar estudiando psicología cuando lo que quiere hacer es una ingeniería', se lamenta José Antonio.

De momento, tan sólo un centro universitario privado, la Universidad Pontificia de Comillas, se ha comprometido a reservar a Santiago una plaza para el mes de septiembre si aprueba la selectividad en la convocatoria extraordinaria, ya que superó el examen de ingreso del centro. Es una opción que no satisface al 100% al chaval, que estuvo ingresado hasta el día 14 en el hospital. 'Tendré que hacer el examen en septiembre y sólo tendré una oportunidad de aprobar, frente al resto de los estudiantes, que han realizado dos convocatorias', protesta Santiago desde su casa, ya recuperado. El joven reconoce que, con su expediente, 'no sería lógico' que suspendiera. 'Hombre, siempre te puedes poner nervioso', apostilla.

Pero parece que la legislación vigente ha suspendido de antemano a Santiago. La vicerrectora de Alumnos de la Universidad Complutense, María Teresa Fernández Pacheco, es tajante al respecto. 'El Ministerio de Educación establece, en su decreto 406/88, que la comisión organizadora de las pruebas de selectividad convocará a los alumnos en un llamamiento único. Nosotros no podemos sacar ahora unos exámenes de no se sabe dónde para este estudiante. No nos lo permite la legislación y no se ha hecho nunca, ni la Complutense ni ninguna otra universidad', comenta la vicerrectora Fernández Pacheco.

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Lo único que está previsto en la normativa, desde hace cuatro años, es la existencia de un día de incidencias, previamente fijado por la comisión organizadora de las pruebas de acceso, en el que los alumnos que no hubieran podido realizar alguno de los exámenes por una causa justificada pueden presentase. En esta convocatoria, la jornada elegida fue el 13 de junio por la tarde, fecha en la que Santiago estaba todavía hospitalizado, aunque ya había abandonado la UVI y bajado a planta.

'La única solución es que el ministerio estableciera excepcionalmente que la nota que obtengan los alumnos en la convocatoria de septiembre les sirva como si la hubieran realizado en junio, para que no se encuentren con que todas las carreras están llenas', apunta Fernández Pacheco.

'Mayores perjuicios'

Sin embargo, fuentes del Ministerio de Educación descartaron esta opción. En un caso similar, que promovió el Defensor del Pueblo, tanto el ministerio como el Consejo de Universidades le respondieron en mayo y abril, respectivamente, desestimando la petición. 'Los perjuicios podían ser mayores y afectar a más estudiantes, no sólo al que tiene el problema', señala la vicerrectora.

'Estoy seguro que si hubieran sido cien chicos los que se hubieran intoxicado, habría creado la suficiente alarma social para promover una reforma de esto tan injusto. Pero por un caso concreto no van a cambiar la normativa', exclama el padre de Santiago, quien, a pesar de que ha iniciado un periplo por los medios de comunicación para dar a conocer el caso de su hijo, da la causa casi por perdida.

El pasado lunes día 11, mientras Santiago permanecía ingresado, el resto de los casi 27.000 estudiantes (15.529 de la modalidad COU y otros 11.250 del bachillerato LOGSE) que se presentaban este año a las pruebas de selectividad en las seis universidades públicas de Madrid se enfrentaban a las pruebas que decidirán sus futuras carreras. Esta cifra de examinandos representa un descenso de 3.000 alumnos respecto al año pasado. Las pruebas, cuya nota representa un 40% frente al 60% del expediente, son la clave para acceder a una de las 38.467 plazas de primer curso que ofrecen las universidades. Las calificaciones se conocerán el próximo viernes, día 22. Santiago tendrá que esperar, casi con seguridad, hasta septiembre.

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