Música para un misionero con sida

Amigos del padre Zabala organizan un concierto en Bilbao para recaudar fondos para un orfanato en África

Víctor Zabala es un misionero durangués de la orden de los combonianos que lleva casi nueve años de los 53 que tiene trabajando en África. Como tantos otros misioneros, nada más llegar al continente contrajo malaria, una enfermedad transmitida por la picadura del mosquito anófeles y que le ha dejado sordo de un oído.

La historia de Víctor Zabala comienza en julio de 1999 a distanciarse de los 30 misioneros y 41 misioneras vizcaínos que viven en África, cuando empezó a sufrir ataques de paludismo cada 15 días, en vez de cada dos meses, como hasta entonces. Su salud siguió empeorando, ha...

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Víctor Zabala es un misionero durangués de la orden de los combonianos que lleva casi nueve años de los 53 que tiene trabajando en África. Como tantos otros misioneros, nada más llegar al continente contrajo malaria, una enfermedad transmitida por la picadura del mosquito anófeles y que le ha dejado sordo de un oído.

La historia de Víctor Zabala comienza en julio de 1999 a distanciarse de los 30 misioneros y 41 misioneras vizcaínos que viven en África, cuando empezó a sufrir ataques de paludismo cada 15 días, en vez de cada dos meses, como hasta entonces. Su salud siguió empeorando, hasta que en noviembre de 1997 entró en coma, con una anemia galopante, dificultades respiratorias y todas las constantes vitales alteradas. 'Terminó en coma porque la quinina que le dieron no era buena. En África todo lo tratan con quinina, igual que en la mili hacían con la aspirina', cuenta Eduardo Zabala, hermano gemelo de Víctor.

Un mensaje por radio, el medio de comunicación que utilizan los misioneros entre ellos, alertó de que el padre Zabala necesitaba urgentemente una transfusión de sangre RH negativo, un tipo sanguíneo que es poco frecuente en África. En cuatro días, el misionero recibió en el hospital de la capital de la República Centroafricana, Bangui, siete transfusiones de sangre que le salvaron la vida, pero le contagiaron el sida.

Zabala conoció en un hospital madrileño que era portador del VIH, lo que no ha impedido que en cuanto su salud se ha recuperado, haya vuelto otra vez a República Centroafricana para continuar su apretada agenda de trabajo en Bodá. 'Su auténtica vocación son los chavales, siempre está rodeado de niños que le adoran. Él sabe hacerles reír, les enseña trucos, les ayuda a seguir en la escuela', destaca Eduardo.

Su hermano volvió a principios de 1999 a República Centroafricana para abrir dos orfanatos donde acoger a niños y niñas que han perdido a sus padres por el sida.

Eduardo Zabala, junto a otras personas, ha organizado el próximo 11 de mayo un concierto en Bilbao para recaudar fondos para que Víctor Zabala pueda construir más orfanatos para niños que se han quedado sin familia por el sida. El concierto se celebrará en el colegio Salesianos de Deusto a las 22.00 del citado día. Actuarán el compositor Martín Valverde (con 12 álbumes grabados y fundador de la asociación de músicos evangelizadores Red Magnificat) y el cantautor Migueli. Las entradas, a mil pesetas, se venderán en el colegio Salesianos el propio día 11 y previamente a través del teléfono 658738696.

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El padre Víctor Zabala, con uno de los niños de su orfanato.

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