Una amenaza para los fondos estructurales y la agricultura

A pesar de su aparente apuesta por Europa, las propuestas de los socialdemócratas alemanes constituyen una seria amenaza a las principales políticas gestionadas por la Comisión Europea y núcleo del poder que hoy en día tiene Bruselas: los fondos estructurales, las ayudas a la agricultura y la política de la competencia.

Las ideas lanzadas por el SPD para abrir el debate europeo en Alemania se inspiran en las defendidas el 12 de febrero pasado en la Universidad Humboldt de Berlín por Wolfgang Clement, un político de enorme influencia sobre el canciller Gerhard Schröder y presidente del l...

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A pesar de su aparente apuesta por Europa, las propuestas de los socialdemócratas alemanes constituyen una seria amenaza a las principales políticas gestionadas por la Comisión Europea y núcleo del poder que hoy en día tiene Bruselas: los fondos estructurales, las ayudas a la agricultura y la política de la competencia.

Las ideas lanzadas por el SPD para abrir el debate europeo en Alemania se inspiran en las defendidas el 12 de febrero pasado en la Universidad Humboldt de Berlín por Wolfgang Clement, un político de enorme influencia sobre el canciller Gerhard Schröder y presidente del land de Renania del Norte-Westfalia, el más poblado y económicamente más potente de Alemania, con tantos habitantes como Holanda y exportaciones semejantes a las de España.

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Los socialdemócratas alemanes proponen nacionalizar la política estructural y dejar en manos de Bruselas sólo las ayudas a los países más pobres. Las ayudas estructurales en los países que alcancen determinado nivel de riqueza dejarían de ser pagadas por la UE, pero sus Gobiernos tendrían carta blanca para financiarlas directamente, saltándose los actuales controles de Bruselas. Eso rompería la actual política estructural europea, distorsionaría las contribuciones de cada país en función de su PIB y pondría en cuestión los poderes de la Comisión sobre competencia al dejar la aprobación de las ayudas en manos de los Estados.

Obsesión alemana

Reducir los poderes de la Comisión Europea en materia de competencia es una de las obsesiones alemanas. Wolfgang Clement ya denunció en Berlín la 'vigilancia política' que ejerce Bruselas en esa materia y propuso la creación de una agencia europea independiente para decidir sobre los conflictos en materia de libre competencia que tengan rango comunitario.

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Para la agricultura, los socialdemócratas alemanes proponen también una nacionalización de las ayudas en línea con sus ideas sobre los fondos estructurales: que los países ricos se paguen sus propias ayudas, sin instrucciones europeas precisas, salvo el criterio general de que se concedan con criterios sociales y ecológicos en lugar de ser, como ahora, ayudas basadas en la producción.

Las propuestas del SPD se enmarcan en el empeño alemán por delimitar qué materias son competencia de la UE y cuáles son de los Estados miembros, principal objetivo de la reforma lanzada en la cumbre de Niza y que deberá quedar cerrada en 2004. Pero ese debate va derivando cada vez más hacia una poda de las actuales competencias de Bruselas por la presión de los Estados federados alemanes.

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