Los alaveses son los vascos con mayor renta y los que pagan más impuestos

La recaudación por persona en Vizcaya es la más baja de las provincias

Residir en Álava es más duro fiscalmente que vivir en cualquiera de los otros dos territorios vascos. Los contribuyente alaveses en los últimos seis años, y según los datos oficiales del Consejo Vasco de Finanzas, organismo en el que participa el Gobierno y las tres diputaciones, han sido los ciudadanos que más impuestos han pagado desde 1995.

La recaudación por habitante en este territorio era hace seis años de 409.706 de pesetas, mientras en Vizcaya era de 322.408 pesetas y en Guipúzcoa 358.526 pesetas. Esta tendencia se ha mantenido en el tiempo. El pasado año, Álava recaudó una medi...

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Residir en Álava es más duro fiscalmente que vivir en cualquiera de los otros dos territorios vascos. Los contribuyente alaveses en los últimos seis años, y según los datos oficiales del Consejo Vasco de Finanzas, organismo en el que participa el Gobierno y las tres diputaciones, han sido los ciudadanos que más impuestos han pagado desde 1995.

La recaudación por habitante en este territorio era hace seis años de 409.706 de pesetas, mientras en Vizcaya era de 322.408 pesetas y en Guipúzcoa 358.526 pesetas. Esta tendencia se ha mantenido en el tiempo. El pasado año, Álava recaudó una media por persona de 745.161 de pesetas, mientras que esta cifra fue de 609.912 de pesetas en Vizcaya y de 633.826 pesetas Guipúzcoa.

En una primera lectura, estos datos pueden llevar a la conclusión: la Hacienda alavesa es más eficaz que la de los otros dos territorios. Desde este prisma, la Diputación de Álava planteó hace dos años someter la gestión tributaria de los tres haciendas forales a una auditoria externa, algo que ya hace en solitario la alavesa, pero la iniciativa fue rechazada de plano por Vizcaya y Guipúzcoa en el seno del Consejo Vasco de Finanzas.

Aunque Álava ha considerado siempre que su Hacienda es más eficaz, hay otro componente claro que afecta a la recaudación, el nivel de renta. Si la renta media per cápita es más alta que la de los otros territorios, a igualdad de presión y eficacia fiscales, la recaudación debe ser también más elevada. Y esto es lo que ha sucedido en Álava en los últimos cinco años.En 1995, el Producto Interior Bruto por persona (PIB per capita) era de 2,4 millones de pesetas en Álava, mientras el de Guipúzcoa era de 2,2 millones y el de Vizcaya de 2,03 millones. 1995 se puede considerar el año del despegue de la economía vasca, que vio cómo en la segunda mitad de la década de los noventa el ritmo de crecimiento se disparó para superar al final del siglo la media de crecimiento del resto de España. A la hora de analizar el nivel de renta debe siempre considerarse que la crisis industrial de los ochenta azotó especialmente a Vizcaya y luego a Guipúzcoa.

En todo caso, y considerando los datos del PIB ya cerrados que maneja el Instituto Nacional de Estadística (INE) hasta 1998, la proporción no varía especialmente. La renta per capita de los alaveses se eleva a 3,1 millones de pesetas, la de los guipuzcoanos a 2,8 millones y la de Vizcaya a 2,4 millones de pesetas. Una aproximación a los datos de 2000 apunta una tendencia similar. La conclusión es que, independientemente de la gestión y de la constante rivalidad entre los tres territorios vascos sobre su eficacia fiscal, Álava es la provincia más rica y Vizcaya la más pobre.

Junto a estos datos absolutos se puede observar también que, porcentualmente, salvo en 1996, Álava ha sido hasta 1999 el territorio que más ha aumentado su recaudación y Vizcaya el que menos. Esta tendencia cambia en 1999, año en que el mayor incremento se produce en Guipúzcoa, y en 2000, cuando la mayor subida se registra en Vizcaya. Este giro se puede ver acrecentado si la BBK y la Kutxa hacen efectivas las multimillonarias plusvalías que les ha generado el intercambio de sus acciones de Airtel por las de Vodafone y pagan la parte correspondiente en impuestos.

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Riqueza y aportación

Pero más allá de la renta de cada territorio, los datos de los últimos seis años (ver gráfico) muestran que la mayor recaudación tiene una clara consecuencia en el dinero que se destina tanto a los gastos comunes del País Vasco como a los recursos disponibles por cada territorio. Álava es la provincia con más gasto por persona, pero sus habitantes son al mismo tiempo los que más contribuyen a los presupuestos del Gobierno vasco. La aportación de Álava por habitante fue el pasado año la que más aumentó respecto al año anterior, un 7,45%, y llegó hasta 457.423 pesetas, mientras la de Vizcaya fue de 374.557 pesetas, con un ascenso de un 4,4%. Sin embargo los recursos disponibles por habitante subieron en Vizcaya un 24,44%, frente a un 8,55% de Álava.

Pero las cifras absolutas siempre tienen una lectura política y Euskadi atraviesa un momento especial. Por un lado, la comunidad autónoma se encuentra inmersa en un proceso electoral que nunca había estado tan abierto y al mismo tiempo tan marcado por la división política entre nacionalistas y no nacionalistas. Por otra parte, este actual es un año de cambios en el que se deben renegociar el Concierto Económico y la Ley del Cupo con el Gobierno central, y la Ley de Aportaciones entre las instituciones vascas. Dos diputaciones, Vizcaya y Guipúzcoa están en manos del PNV, y Álava en las del PP. Sin embargo, Guipúzcoa el único territorio que se muestra satisfecho con la actual Ley de Aportaciones, que establece el sistema de reparto de los recursos entre las instituciones vascas. Los otros dos se muestran dispuestos al cambio.

Álava y Vizcaya consideran que el porcentaje del total de los ingresos fiscales que se queda el Gobierno, un 66,25%, es excesivo. Al mismo tiempo, estiman que los coeficientes de aportación horizontal, que establecen la contribución de cada territorio, no se corresponden con la realidad. Los coeficientes de aportación, que según la ley se determinan principalmente por el nivel de renta, el pasado año fueron: Álava, el 15,96%, Vizcaya el 51,32% y Guipúzcoa el 32,72%. En este modelo de reparto es en el que se plantean los problemas más graves. Los excesos y defectos en la recaudación pueden hacer que un territorio deba acudir al llamado fondo de solidaridad (un mecanismo extraordinario pensado para compensar a las haciendas forales cuando no llegan con sus ingresos al 99% del coeficiente de aportaciones que les corresponde). Vizcaya se ha tenido que acoger a él en dos ocasiones y Guipúzcoa una, el pasado año.

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